OJO CRÍTICO

Desde hace un largo tiempo hay una pulseada casi constante, que entre otras cosas dividió las aguas en el fútbol uruguayo. Políticamente, de un lado están los que acompañaron con decisión la transformación de la AUF, de sus estatutos, del gobierno del fútbol; del otro, los que enarbolaron la bandera de defender viejos principios para sostener el status quo. Infelizmente, esa lucha no cesa y de vez en cuando aparece un nuevo misil hacia la sede de la calle Guayabos.

Igualmente, por estos días volvió a quedar en claro que la carrera se corre en línea recta, que no hay una curva que lleve hacia atrás. La AUF no para de recibir fuertes mensajes de aprobación y respaldo de Conmebol. Sin necesidad de apretar ningún botón rojo, Alejandro Domínguez ratificó su enorme apoyo hacia Uruguay, si quieren leerlo con claridad hacia el Ejecutivo de la AUF que preside Ignacio Alonso.

Ya había sido expuesta esta actitud firme cuando el Estadio Centenario fue designado como escenario de las finales continentales de clubes. Pero ahora, con Domínguez y Conmebol asumiendo el liderazgo de una transformación del escenario deportivo, no quedan dudas.

Aquellos que no lo entiendan así, quizás se queden anclados en el pasado.