Hay jugadores clásicos. Hechos a la medida para esta clase de partidos. De esos que no fallan, que pueden venir jugando mal o regular, pero saben que cuando les toque enfrentar al rival de todas las horas, van a hacer un buen partido.
JOSÉ MASTANDREA
El “Colo” Romero (como volante o lateral) le ha convertido goles decisivos, claves, determinantes a Peñarol. No falla jamás. Lleva cuatro goles, y ¡qué goles! Es de esos futbolistas que parecen tocados por una varita mágica y cuando llega la hora de la verdad, se agigantan.
No es el único, claro. Porque “Papelito” Fernández es otro jugador clásico por excelencia. Siempre rinde. Siempre complica, y casi siempre hace goles. Es otro futbolista que se transforma en los partidos importantes. De los que deja su huella.
El “Colo” y “Papelito” son ganadores. Transpiran la camiseta, se entregan y además, dejan su marca.
Es un plus. Es un sello de distinción que el hincha valora y disfruta.
Claro que hay jugadores clásicos. De eso se trata. De armar un equipo con jugadores como el “Colo” y “Papelito”. Con ellos en cancha, no tiene gracia. Porque hacen la diferencia y al igual que Polenta en el fondo, y Porras en el medio, tienen un plus sobre los demás. Con jugadores así, todo se hace más fácil. Están hechos a la medida. Juegan, meten, corren, y hacen goles. Son hinchas de pantalón corto.
COPA ANTEL