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Claves: los que ganaron el clásico

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El clásico terminó igualado, es cierto, después de 94 minutos, Peñarol y Nacional no pudieron superarse, buscaron la victoria, pero tuvieron que conformarse con el empate, un empate con sabor diferente, claro está, por la forma, y por el momento en que se dio.

El clásico fue casi un calco al anterior. Al que se jugó en mayo de 2016 y terminó siendo empate 2 a 2. En ese momento, el que saboreaba la victoria era el tricolor, pero aquel "nucazo" de Marcel Novick arruinó la fiesta y la alegría pasó a tiendas aurinegras casi en el último suspiro del partido. Aquella tarde, Peñarol festejó y Nacional sufrió.

El miércoles se repitió. Pero al revés. Nacional empató cuando todos los aurinegros se aprontaban a festejar, y la alegría se fue de la Ámsterdam a la Colombes en ese vuelo que tuvo la pelota después del zapatazo de Rodrigo Aguirre. Al clásico del Apertura, le quedaba poco y nada.

Ese 1 a 1, sin embargo, tuvo ganadores. No todo fue empate tras los 90 y tantos minutos de juego.

Leodán González, por ejemplo, tuvo un buen arbitraje. Encarriló el juego, no permitió desmanes, habló con los futbolistas, e impuso su autoridad con respeto. La única jugada polémica fue la que protagonizó Aguirre con Nández, pero tiene dos lecturas. Una, que fue para roja, y otra, porque va a la pelota con vehemencia, es cierto, pero contra el rival, daba para tarjeta amarilla.

Nacional fue otro ganador. Por su racha favorable y porque el punto le permitió llegar a la punta del Torneo Apertura y quedar como único líder. Segundos antes de la igualdad, el líder era el aurinegro, hoy a tres puntos en la tabla.

Pero hubo más ganadores en el empate clásico. Los goleadores de la noche. Tanto Junior Arias como Rodrigo Aguirre cumplieron con sus roles y dejaron su huella.

Ambos eran debutantes absolutos en un clásico, y terminaron jugando un buen partido.

Junior Arias no sólo marcó el gol de Peñarol, fue de los que más quiso, de los que más peleó y mantuvo un duelo leal con "Rafa" García. Terminó agotado.

Con Rodrigo Aguirre sucedió algo similar. Ingresó a los 58 minutos de juego y fue gravitante. No sólo por ese golazo en la hora, sino porque se metió de lleno en el clima clásico y empujó a su equipo hacia el área rival. Fue siempre al frente. Tuvo un cabezazo de gol que se lo sacó magistralmente Guruceaga cuando ya Nacional jugaba con un hombre menos por la (bien decretada) expulsión de Brian Lozano.

No solo Junior y Rodrigo fueron ganadores. Hubo más. Futbolistas que dejaron todo en un partido caliente pero bien intencionado.

En Nacional, hay nombres que se repiten en estos encuentros clásicos: Diego Polenta, Jorge Fucile, Diego Arismendi, "Papelito" Fernández, jugadores que parecen hechos a la medida y siempre responden.

En Peñarol, con ocho debutantes en cancha, también hubo varios ganadores. Jugadores que respondieron a las exigencias. El ya nombrado Guruceaga, Nahitan Nández, el "Cebolla" Cristian Rodríguez, redondearon un buen partido y fueron abanderados en cancha.

Martín Lasarte fue otro de los ganadores. Hizo los cambios en el momento justo, cuando el equipo más lo necesitaba. Movió las piezas de recambio, le dio otra fisonomía, cambió la figura táctica (con diez en cancha pasó a línea de tres) y salió a buscar el empate con todo lo que tenía a mano. Y le salió bien, porque Ligüera fue gravitante por la tenencia y el manejo de pelota, porque Rodrigo Aguirre fue determinante por el gol y pese a la reacción negativa de Lozano, mantuvo la calma de su equipo en cancha, cuando el dominio del juego era de los aurinegros. Sus señas desde el banco de suplentes fueron claras, apoyó siempre a sus jugadores.

No solo en cancha hubo ganadores. Los dirigentes también ganaron una batalla que parecía perdida contra los violentos. Sus mensajes en la semana y minutos antes del clásico fueron de rivalidad, no de "enemistad".

Y el público también ganó. Fue un clásico diferente, es cierto, no hubo banderas, pero hubo fiesta en las tribunas, y todo transcurrió en paz.

La fiesta fue completa de principio a fin. Después de 11 meses se pudo jugar un clásico. Y no hubo problemas.

El empate fue "mentiroso" porque hubo ganadores. El 1-1 sirvió para la tabla de posiciones, nada más. La victoria fue del fútbol. Y valió mucho.

El debut I.

Junior Arias cumplió. Debutó en un clásico con gol. Y fue de las figuras que tuvo el aurinegro. Fue de los que tuvo saldo favorable y se puede decir que terminó ganando su batalla. Lleva tres goles en el Torneo Apertura y 494 minutos en cancha.

El debut II.

Rodrigo Aguirre fue otro de los ganadores que tuvo el clásico. El delantero tricolor ingresó a los 58 minutos (suma 421 con la tricolor) y anotó el agónico gol del empate con un zapatazo al ángulo. Hacer un gol clásico, pesa. Y deja su huella.

El saldo.

"No fue una derrota, ni en el juego, ni en la tabla, pero por supuesto que me voy con bronca por el resultado", tiró Leonardo Ramos apenas finalizado el clásico. Sin embargo, el actual entrenador de Peñarol fue uno de los ganadores que tuvo el duelo en el Centenario. Con el empate 1 a 1, Ramos mantuvo su racha positiva enfrentando a Nacional. De nueve partidos, ganó cinco, perdió tres (dos con Danubio y uno con Progreso) y empató el último como director técnico de los aurinegros. La igualdad del miércoles lo dejó con saldo a favor.

La racha.

Nacional, fue el otro ganador del clásico. El tricolor pudo mantener una racha sin derrotas ante Peñarol que ya lleva tres años. La última victoria aurinegra se dio el 27 de abril de 2014, cuando Peñarol —dirigido por Jorge Fossati— goleó 5 a 0 a Nacional en un clásico que terminó provocando la salida de Gerardo Pelusso de la dirección técnica del tricolor. A partir de esa goleada, el tricolor sumó nueve partidos sin perder: seis encuentros oficiales y tres amistosos. El agónico empate, no solo lo dejó como líder solitario, estiró la racha victoriosa.

TORNEO APERTURAJOSÉ MASTANDREA

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