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Clásico de España: Real Madrid fue más, Valverde fue destacado y terminó en empate

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Federico Valverde en el clásico Real Madrid vs. Barcelona

ESPAÑA

El equipo visitante tuvo las chances más claras, dos de ellas del "Pajarito", pero se llevó un 0-0 del Camp Nou contra Barcelona. Las protestas de afuera del estadio afectaron adentro.

El Barcelona y el Real Madrid no se hicieron daño al empatar 0-0 ayer en el Camp Nou. Hacía 17 años que no ocurría un marcador similar. Y en LaLiga todo marcha igual que antes.

En la cancha pasó muy poco, mientras que en los alrededores las protestas proindependentistas cobraban protagonismos con barricadas quemadas, cuyo humo invadía el estadio barcelonista. En el palco, junto a Luis Enrique y el campeón de motociclismo Marc Márquez, estaba el presidente del gobierno catalán Quim Torra y su ministro del Interior.

Era el clásico del desempate y terminó no siéndolo. Ambos llegaban con 72 victorias cada uno. Sorpresivamente, Busquets y Modric quedaron en la banca.

Los merengues lograron quitarle la pelota a los culés, pero no tuvieron la profundidad necesaria como para romper el cero, aunque Fede Valverde y Benzema hicieron su esfuerzo exigiendo a Ter Stegen.

La primera acción de peligro culé la protagonizaron Jordi Alba y Luis Suárez a los 3 minutos, después de un pase de Messi menos protagonista que en otras ocasiones, aunque convertía en oro cualquier ocasión de ataque.

A los 9, cayó el primer intento de los de Zidane con un intento de Benzema después de un taconazo de Isco. El Madrid dominaba paseando la pelota frente al área culé. La presión alta merengue impedía el tradicional toque del local

Suárez reclamó un penal de Carvajal que el VAR se encargó de desilusionar a los hinchas y jugadores culés, encabezados por Suárez, que reclamaban la pena capital.

El primer córner lo consiguió el Madrid a los 16 causando angustia en los locales. Un cabezazo de Casemiro no entró porque Piqué lo salvó en la raya. Los merengues apretaban y olía a gol. Y la tensión era tan grande que la intensidad de los cánticos tradicionales independentistas del minuto 17 amainaba. Los culés jugaban en modo resistencia y con Messi desconectado.

Fede Valverde organiza un ataque con Benzema y Ter Stegen empieza a ser figura con dos rechazos. El reloj marcaba el minuto 26.

Recién a la media hora llegaba el primer remate al arco del Barça, con Sergi Roberto al comando del contragolpe y con remate al arco que salva Ramos, cuando Courtois ya estaba vencido.

De nuevo Valverde arranca el “uyyyy” del público con una potente volea desde afuera del área que apenas sale desviada.

A medida que el partido avanzaba, Jordi Alba se transformaba en el arma ofensiva blaugrana. Semedo era el complemento en la derecha. A los 35, se registraba el primer córner azulgrana.

A los 39, Suárez recibe la amarilla. Primero protesta por un tiro de esquina no concedido y en la jugada siguiente, frustrado, empuja a Casemiro y le come los talones.

Fede Valverde golpea de nuevo y Ter Stegen impide la apertura visitante. El uruguayo galopaba en ambas canchas, rápido en la defensa y amenaza frente a la media luna rival. Si hubiese sido un encuentro de boxeo, los blancos se habrían retirado a los vestidores como ganadores por puntos.

La segunda parte inició con la misma tónica. Fede Valverde vuelve a probar y termina en córner. Bale lo felicita.

Cuando al minuto 55, Vidal se aprestaba a entrar por Semedo y reacomodar al equipo, decenas de pelotas amarillas invadieron la cancha como parte de la escenografía de la protesta política anunciada. Los miembros de la seguridad se esmeraban por perseguirlas y quitarlas del césped.Otra vez los cánticos políticos ganaron la tribuna.

A los 59, el partido se enloquece. El Barça tiene sus dos minutos de inspiración y golpea la puerta de Courtois.

Primero, Messi pierde el control en una buena opción de gol; luego Suárez choca con Ramos, pero no ocurre más que eso.

Valverde vuelve a galopar y en dos oportunidades en la misma jugada pone a sus delanteros con buenas opciones.

A los 61, Bale rompe la red a Ter Stegen, pero la terna pita fuera del lugar y el VAR revisa por las dudas, mientras el humo de las barricadas quemadas en las afueras del estadio invadía el escenario. Un helicóptero sobrevolaba la cancha.

Suárez recibe una de Griezmann y pasean la pelota dentro del área, pero el uruguayo no le puede dar la curva y el disparo se va lejos.. Rakitic se cae junto a la raya y aprovecha para darle un beso a Modric quien ingresa en lugar de Fede Valverde.

Sangre nueva entra en búsqueda de soluciones en ambas escuadras: Rodrygo (18) en el Madrid y Ansu Fati (17) en el Barça. El Camp Nou sigue oliendo a plástico quemado.

El partido termina con ambos equipos esperando el final. Los merengues se retiran contentos, a decir de Sergio Ramos, por haber controlado al rival en su campo. Los culés creen que no ha sido un buen partido de su equipo y que Messi y Suárez han estado demasiado desconectados.

Y, aunque parezca de Perogrullo, el partido mostró que hoy ni el Real Madrid ha sido el Real Madrid y el Barça, el Barça.

Un partido jugado bajo tensiones políticas

Unas 100 mil personas ingresaron al Camp Nou, pero no hubo espacio para carteles con consignas políticas, ni tampoco caretas en blanco y negro de Messi con la bandera catalana pintada en su pómulo. El clásico se jugó tras una suspensión por la situación política derivada de la condena en octubre a varios políticos independentistas.

Ayer, con la amenaza del grupo independentista Tsunami Democrático de bloquear pacíficamente el ingreso del público al escenario se vivieron horas de tensión en las afueras del Camp Nou, que se prolongaron durante el partido. Por ejemplo, mientras los equipos descansaban se libraba en las calles aledañas una batalla campal entre la policía y los más radicales. Llegar al estadio fue más difícil que nunca porque las avenidas bloqueadas por los manifestantes o cortadas por la policía como seguridad, crearon un caos en el tráfico urbano.

Instantes antes de arrancar el partido, miles de carteles aparecieron en la tribuna con la leyenda “España, siéntate y dialoga” en fondoazul, presididos por otro gran cartel que decía lo mismo sobre fondo amarillo. Los cánticos reivindicativos de “libertad para los presos políticos” monopolizaron esos momentos.

Mientras en la cancha el Barcelona y el Real Madrid no se hacían daño, los disturbios, que arrancaron durante el descanso del primer tiempo, se prolongaron hacia el final lo que obligó al club culé a cerrar parte de las salidas que daban a los escenarios de violencia y anunciar por la megafonía del estadio las alternativas para los espectadores.

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