Publicidad

El clásico fue una bofetada

Compartir esta noticia
JOSÉ MASTANDREA

DESDE EL ARCO

JOSÉ MASTANDREA

JOSÉ MASTANDREA

Ni el golpe institucional a la AUF, ni la intervención ilegal que impuso la Fifa, podrán matar la esencia del fútbol uruguayo. Una vez más, la pasión del clásico le ganó a todo y a todos. El Centenario se vistió de fiesta con ese imán único que tienen las históricas camisetas de Nacional y Peñarol. Tribunas repletas y amor en cinco colores que mantuvo en vilo durante más de 90 minutos al Uruguay futbolístico. Cantos, banderas, aliento y en la cancha, los ídolos de esos hinchas que nunca fallan, que siempre están.

¿Crisis? ¿Dónde? ¿Problemas? ¿Dónde? Lejos de la intervención y de los fantasmas que crearon “los de adentro y los de afuera”, el clásico fue una bofetada para quienes auguran el deceso del fútbol uruguayo tal y como está. Fiesta y pasión. No hay nada ni nadie que pueda con ese amor del hincha y con el imán que generan tricolores y aurinegros.

Son la esencia del fútbol, los que forjaron su historia. ¿El clásico? Empate por donde se lo mire; con momentos de Nacional y momentos de Peñarol. Pareció que se lo llevaba el “bolso”, pero el “manya” lo igualó. Todo quedó como estaba. Con Peñarol liderando con luz la tabla del Clausura y con Nacional puntero en la Anual a dos fechas del final. Los hinchas cumplieron y respondieron, como siempre. Los jugadores también. Fueron fieles al mandato de esos colores y entregaron todo en busca de una victoria que no llegó.

No hay nada que opaque la fiesta ni el clásico. El fútbol uruguayo sigue más vivo que nunca. Y la seguirá remando contra viento y marea.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad