PEÑAROL

Corto, pero intenso, camino hacia el clásico.

En el último mes pasó de todo en el mundo Peñarol. El club pisó el acelerador y sacudió el mercado de pases con las resonantes contrataciones de Walter Gargano, Maximiliano Rodríguez y Lucas Viatri. También con las altas de Guillermo Varela, Fabricio Formiliano, Mathías Corujo y Fabián Estoyanoff, uno de los favoritos de la tribuna, que también desembarcaron en Los Aromos para armar un equipo prácticamente nuevo.

Pese a ello, el recorrido hasta este clásico no fue nada fácil. Pasó mucha agua bajo el puente. El equipo se fue armando en cuentagotas y el 11 base recién se terminó viendo con la competencia oficial ya iniciada. La preparación sacudió la interna y se puso en duda la continuidad de Leonardo Ramos. Fueron cinco partidos con un triunfo, un empate y tres derrotas con tan solo un gol a favor y siete en contra.

El entrenador, con el apoyo del presidente, fue ratificado durante la semana previa al arranque del Clausura, pero quedó contra las cuerdas. Sin margen de error.

Sin embargo, el equipo comenzó con el pie derecho, ganó en confianza y en casi una cuarta parte del campeonato encontró su mejor versión en lo que va del 2017. Es único líder del Clausura con puntaje perfecto, es el equipo más goleador (nueve gritos) y al que menos le convirtieron (apenas uno) y volvió a vivir en la Anual. Si mañana gana, le sacará ocho puntos al tricolor en el Clausura y se pondrá a dos en la acumulada a la espera también de lo que pueda ocurrir con Defensor (hoy está a siete unidades y todavía tienen que jugar entre ellos).

De menos a más, así fue el camino de Peñarol hasta el clásico de mañana. Con la mochila de no ganarle hace 12 partidos al tradicional rival y con un equipo con poca experiencia en esta clase de partidos, el aurinegro buscará seguir por la senda triunfal y darle un cachetazo a Nacional. Pocos, hace un mes atrás, imaginaban llegar a esta quinta fecha en esta situación.