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“Puedo armar varios equipos, pero repasando en la memoria y todo lo que me tocó vivir y ver, me quedo especialmente con dos integraciones. Además de la primera, la que obviamente termino preferiendo, quiero dejar sentado que el cuadro que se armó para el Mundialito de 1980 fue muy bueno. Ahí me incluyo, porque creo que nos juntamos muy bien con Rodolfo Rodríguez, Victor Diogo, Hugo De León, Daniel Martínez, Eduardo De la Peña, Ariel Krasouski, Ruben Paz, Venancio Ramos, Waldemar Victorino y Julio César Morales. Aquella Selección uruguaya, desde mi punto de vista, fue muy buena. Haber logrado el título fue una clara demostración del potencial que tuvimos. Fue un equipo que tuvo jugadores muy talentosos”, opinó Walter Olivera.

“El rival más difícil siempre fue Nacional. Históricamente es el adversario más duro para Peñarol y nunca dejó de serlo para mí. Otro rival muy duro fue Cobreloa en la final de la Copa Libertadores de 1982. Entre los jugadores rivales más difíciles de marcar tengo que poner en primer y segundo lugar a Wilmar Cabrera y a Waldemar Victorino”.

“Jugando con Atlético Mineiro en Maracaná le hice un gol de cabeza al Flamengo. Fue un partido durísimo, con mucho público, el club se jugaba el campeonato y en el arco de Flamengo estaba Ubaldo Fillol. Tuve la chance de cabecear desde afuera del área y meter ese gol. El otro gol también de cabeza fue en Buenos Aires contra River por la Libertadores del 82”.

“El error más grande lo cometí al volverme de Brasil después de dejar de jugar. Yo estaba trabajando como entrenador en Atlético Mineiro, habíamos salido campeones y me quise volver a Uruguay para hacer el curso de técnico. La idea era regresar a Brasil, pero al final acepté quedarme para trabajar en Uruguay y nunca más pude regresar a Brasil”.

“No es que me vaya a mover ahora del lugar en el que vivo, porque ya estoy más veterano. Además, Salinas me viene acompañando desde hace muchos años de mi vida y lo disfruto, pero el lugar ideal es en el Paraje Sosa Díaz, donde nací. Ahí viví mi niñez, tuve mis primeros amigos. Cada tanto voy a verlo cómo está y también para recordar los queridos viejos tiempos”.

“Integré muchos equipos, sobre todo en Peñarol donde estuve 15 años de mi carrera, pero sin tengo que elegir uno, no dudo que el mejor de todos fue el de 1982. Tenía todo, ganamos todo. Había muy buenos defensas, un gran mediocampo y la delantera era impresionante. Los integrantes del plantel eran muy buenos”.