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“Armo un equipo con futbolistas que fueron mis compañeros, con los que forjé una amistad y con otros que admiré por la forma en la que jugaban y algunos, como Obdulio Varela, por la importancia que tuvo en la historia de Uruguay. Siempre sentí admiración por la gesta de muchos jugadores, por la forma en la que se relacionaron con sus compañeros y por su humildad. Tuve la suerte de conocer a grandes campeones y de aprender de su calidad e inteligencia, como Luis Cubilla. Hay jugadores de una calidad impresionante que dejo afuera porque elegir once es muy poco. Por ejemplo, menciono al chileno Figueroa, el italiano Baresi, a los holandeses Cruyff y Van Basten. Y hoy, tenemos a Cavani y Suárez que son extraordinarios”, contó Víctor Hugo Diogo.

“Para marcar sufrí mucho al brasileño Ze Sergio. Otro bravo fue el yugoslavo (Safet) Sucic. Qué jugador. Era rápido arrancaba fuerte, contra él hice lo que pude. También fue bravo “Cascarilla” Morales. Era muy complicado. Y como equipos el Flamengo del 82 fue durísimo. Tenían un cuadrazo, siempre estaban atacando, arriba nuestro. Y, también, el Brasil de la Copa de Oro”.

“Tengo dos que son muy parecidos. Me quedo con el que hice con la Selección frente a Brasil en el Centenario por la importancia. El otro con Peñarol a Defensor Sporting fue muy parecido, pero con una acción más individual. Otro gol se lo hice a Nacional de pierna izquierda por Copa Libertadores, después le hice una broma a un tipazo como Rodolfo Rodríguez”.

“Y es bastante conocido por todos, aunque con el tiempo tomó mayor dimensión. Fue en el Mundial de México 86, cuando me aparté del grupo después de finalizado el torneo para nosotros. No fue bueno lo que hice. Hoy me arrepiento mucho de aquello. Son cosas que jamás repetiría, porque tuve a todo los compañeros nerviosos esperándome en el aeropuerto”.

“En el lugar en el que estoy. Vivo en Shangrilá y lo disfruto. Hay lugares preciosos en el mundo, pero la convivencia que tengo con la gente no lo cambio por nada. Soy sincero, esto cuesta encontrarse y no se sustituye. He conocido ciudades maravillosas, pero no cambio. Estoy tranquilo, cómodo, disfruto caminar, conversar con la gente, andar en bicicleta. Estoy feliz”.

“Los juveniles del 77, el Peñarol del 82 y la Selección del Mundialito del 80. Siempre se formaban grandes grupos de jugadores, se lograba congeniar y todos nos identificábamos con el equipo. Tuve de compañeros a fantásticos jugadores. Disfruté jugar con esos futbolistas y encontrar en el camino a líderes muy positivos”.