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“Prefiero armar el equipo con jugadores que fueron mis compañeros y no con aquellos que supe tener de rivales, aunque es justo decir que podría armar también un terrible equipo con ellos. Tengo un equipo titular y uno suplente. Mi figura es un 4-2-1-3. Con ellos me encantó jugar, tengo buena defensa, muy buen arquero y salida por las bandas. Del medio para arriba tengo marca, mucho juego, magia y me pongo con mis compañeros. Mi equipo suplente es con Leonardo Romay; Cesilio De los Santos, Héctor ‘Samanta’ Rodríguez, Paolo Montero, Darío Rodríguez; Christian Karembeu, Diego Cagna; Marcelo Tejera; Gustavo López a la derecha aunque era zurdo, al medio Luis Suárez y Mario Regueiro”, explicó Gabriel Álvez.

“Al Manchester de Beckham y Verón me tocó enfrentarlos con Olympiacos por Champions League y de verdad jugaban de maravilla. Era un equipo completísimo y muy difícil de entrarle. El otro fue la Selección de Brasil en la final de la Copa América de Paraguay, estaban todos los fenómenos y nosotros éramos un plantel muy joven y nos pasaron por arriba”.

“Siempre pongo el primero que le hice a Peñarol, pero también elijo uno que le hice a Deportivo Maldonado que fue un centro del ‘Chino’ Peralta y le pegué de volea con todo y lo maté al arquero que era Carlos Nicola. Ese partido lo íbamos perdiendo 2-0 y si lo ganábamos éramos campeones y me tocó la suerte de hacer tres goles. Pero ese fue muy lindo”.

“Cuando tomás la decisión no sabés lo que va pasar en el futuro, pero me quedó una espina. Cuando jugamos con el Santos de Brasil se lesionó el centrodelantero y el técnico que había quedado maravillado conmigo me quería llevar. Me salió lo de Pachuca y como lo de Santos era un contrato más corto fui a México. Pude haber jugado la final de la Copa contra Boca”.

“Hay montones de lugares increíbles y el fútbol te permite conocer muchas cosas, pero en mi caso no lo dudo ni un segundo. Si hay que irse de Uruguay o hay que elegir algo que no sea Uruguay para vivir, yo me voy a Grecia. Especialmente a Atenas. Sinceramente, quedé maravillado con ese país. Me encantó. Todo. La gente, la historia, su belleza”.

“Nacional de 1998 por todo lo que logramos, lo que significó. Fue muy importante para ese momento y para todo lo que tuvo Nacional después. Era un año muy difícil, con un plantel nuevo de la mano de Hugo De León y del profe Gesto. Si perdíamos ese año íbamos a quedar marcados en la historia negra y por suerte se dio todo”.