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“Armo un equipo con los jugadores de mis tiempos y voy a ser injusto porque voy a dejar afuera a Alzamendi, ‘Cascarilla’ Morales, Washington González, Ruben Sosa, Morena y Krasouski. Mi equipo va con Rodolfo Rodríguez porque fue un arquero de enorme personalidad; en la línea de cuatro el ‘Chico’ Moreira que era una locomotora, el Hugo De León, el ‘Polilla’ De los Santos porque rendía en todos los puestos y Víctor Diogo en la izquierda. En el medio pongo dos talentosos y un líder enorme: Francescoli, Ruben Paz y Víctor Espárrago. Arriba pongo un puntero rapidísimo, un nueve goleador empedernido y con goles trascendentes y en la otra banda a un exquisito, el mejor puntero con el que pude jugar: Bica, Victorino y Ramos”, expresó Eduardo de la Peña.

“El rival más duro que enfrenté yo fue, por supuesto, el Inter de Porto Alegre al que le pudimos ganar la final de la Copa Libertadores de 1980. Era un equipo de gran nivel y especialmente tenía un formidable mediocampo, porque ahí estaban Falcao, Batista y Jair. La verdad que ese equipo brasileño fue muy duro por la enorme calidad que tenía”.

“Sí, el mejor gol fue el de volea ante Olimpia de Paraguay por la Copa Libertadores de 1980. Fue el mejor por varias razones, por lo que significó en ese momento, por lo poco que faltaba para que terminara el partido y también por la calidad del gol. Todo salió de maravillas, el centro de Washington González, la peinada de Victorino y después la pelota entró en el ángulo”.

“El mayor error fue el haberme ido a jugar a México. En aquel tiempo las puertas para ir a Europa estaban cerradas, no había prácticamente nada y la oportunidad de salir de acá, porque yo consideraba que era el momento para irme, fue México. El error es que te ibas dependiendo de por vida de ese club y eso me trajo grandes problemas para jugar en otros lados”.

“En el lugar que vivo. Hace años que estoy viviendo en el balneario La Floresta, lo hago en la casa que era de mi familia y a la que voy desde muy chico. Es cierto que hay lugares hermosos en todos lados y también que el fútbol te permite conocer muchas cosas, pero en La Floresta tengo una paz total, me encuentro muy bien. Disfruto cada momento”.

“Tengo que decir dos. Nacional de 1980, pero también tengo que poner a la Selección uruguaya de ese año porque era impresionante. Nacional con jugadores de experiencia y con una generación de jóvenes, así se juntaba mucha capacidad. Uruguay, por su parte, tenía un equipo de muchos jugadores de gran capacidad técnica”.