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Peñarol y Diego Aguirre, un vínculo enorme. Una relación emparentada con el éxito deportivo. Con momentos de gloria, como jugador y como entrenador. Y por eso, para la "Fiera" no hay nada más rico que aquella generación de 1987, en la que el Aurinegro llegó a lo más alto a nivel continental.

“Más allá de que tuve la fortuna de poder jugar con grandísimos jugadores, muchos fantásticos jugadores de Selección y de todos lados, no puedo armar el once ideal de otra forma que darle el lugar que se merece al equipo que se armó en el Peñarol de 1987. El cariño especial a ese momento que pudimos vivir es muy grande y por eso para mí esos son los mejores. Siempre es difícil quedarse con algunos futbolistas y dejar a otros afuera, mucho más cuando en la carrera deportiva se pudo compartir vestuario y cancha con fenomenales futbolistas, pero mi elección la hago con total convicción por mis compañeros de aquella campaña. Ese fue un año muy especial y la conquista también dejó una huella muy grande en todos”.

“El rival más duro fue River Plate en la Copa Libertadores de 1987. De hecho no le pudimos ganar. Aunque nosotros terminamos siendo los campeones, a ellos no le pudimos ganar. Tenían un equipazo, con jugadores campeones del mundo. Goycoechea, el ‘Tano’ Gutiérrez, Ruggeri, Gallego, Gorosito, Alzamendi. Tenían un equipazo y sin dudas fue el rival más duro”.

”En mí caso no admite dos respuestas, más allá de que pude haber hecho goles más lindos. No, corrijo, sin duda hice goles más lindo, pero queda claro que ese gol (en de la final de la Libertadores 1987) significó tanto que sin duda fue el mejor gol de mi carrera. Y, además fue un lindo gol. Así que está demás decirlo o describirlo porque es obvio. ¿No?”.

“Seguramente hubo muchos, porque a veces en la juventud tomás decisiones apresuradas o erradas. Pero también, hay que entenderlo y aceptarlo que eso es parte de la vida y todo te va enseñando. Muchos errores, pero ninguno en particular. Creo que también todas las cosas que me pasaron fueron aprendizajes y hoy no sabría marcar uno de manera especial”.

“Por supuesto que en Uruguay, pero si no fuese así viviría en España. Hay lugares maravillosos en distintas partes y el fútbol te permite conocer mucho, pero yo encuentro que toda la costa de Barcelona, con ese hermoso Mediterráneo, es un lugar de mucha belleza y tranquilidad. Ahí es donde sin duda viviría si tuviese que elegir otro país que no fuese Uruguay”.

“Y es la misma respuesta que entregué para armar mi equipo ideal. Es simple, se unen muchos factores, el éxito alcanzado, el nivel de muchos jugadores, el grado de compromiso que tuvimos todos, la relación que se dio en el grupo. El Peñarol de 1987 fue un equipo muy completo y ese fue el mejor equipo que integré”.