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Adrián Berbia, el arquero que se lució en Bella Vista, que llegó a la Selección uruguaya de fútbol, que defendió a Peñarol, Olimpia de Paraguay, América de Cali y Junior de Barranquilla, entre otros equipos, armó su once ideal defendiendo la camiseta celeste, porque eligió a todos futbolistas uruguayos.

“Opté por armar un equipo con jugadores uruguayos. Y de varias épocas. Como cualquiera que estuvo en una cancha podría armar varias oncenas y ni siquiera así seríamos del todo justos, porque siempre me quedarían grandes jugadores afuera. A la hora de elegir más que nada a la integración ideal la armé con jugadores que tuve la posibilidad de compartir la cancha o los que puede ver. El caso de Ladislao Mazurkiewicz es muy especial. En primer lugar está en el once por lo que pudo ver en algún material, pero también por el gran privilegio que el fútbol y la vida me dio, porque pude tenerlo de entrenador en la Selección uruguaya y también en Peñarol. No hay dudas que el ‘Chiquito’ es un grande de toda la historia”.

“El jugador más complicado de todos para enfrentar, por capacidad permanente para generar espacios y por tener muchos recursos para definir en el mano a mano, fue Romario. Podía eludirte, rematar con borde interno, externo, con el empeine o incluso podía pegarle con precisión hasta con la punta del botín. Fue un clase A y uno de los mejores delanteros de todos los tiempos”.

“Todas las decisiones que tomé a lo largo de mi carrera las hice convencido de que eran lo mejor. Como todo, si estás convencido de algo te puede ir bien o mal, pero eso es parte de la vida y parte del fútbol. No me ha pasado que sienta arrepentimiento por algo. En cuanto a la cancha, los cometidos dentro del campo fueron en acciones normales del juego. Y es verdad que nunca queremos fallar, pero pasa”.

“Voy a quedarme con una doble atajada en la Liguilla Pre Libertadores de 1999 en el partido Bella Vista-Danubio. Pasada la hora del partido un cabezazo y el posterior rebote. Lo segundo desde el piso lo pude sacar al córner y ahí prácticamente terminó el partido y así clasificamos a la Copa Libertadores del año 2000 y por segundo año consecutivos. Fue muy difícil y lo pongo en el primer lugar”.

“El fútbol te lleva por varios lugares y en mi carrera pude vivir en tres países sudamericanos. Hay lugares fantásticos en todos lados, pero yo soy muy de Uruguay. Mi país, mis lugares, nuestras costumbres, la familia, los amigos, todo se une para que sea imposible elegir algo diferente. Acá tengo todo y no lo cambio por otro lugar”.

“Sin duda el mejor equipo que integré fue el Bella Vista de 1997 a 1999. Se formó un gran grupo. Éramos amigos y compañeros. La gran mayoría muy jóvenes y todos oriundos de las divisiones formativas del club. Crecimos juntos, avanzamos juntos y forjamos un gran equipo. Después, colocó al América de Cali de 2008, porque era un equipo que trataba muy bien la pelota con transiciones a gran velocidad”.