Cero a cero y pelota al medio. Ese bien podría ser el resumen de los noventa minutos de un clásico rioplatense que dejó sabor a poco.

En cancha, los mejores del mundo: Messi, Suárez, Cavani, Di María... y el gol brilló por su ausencia.

¿Motivos? Varios, entre ellos, la gran actuación que tuvieron Fernando Muslera y Sergio Romero bajo los tres palos.

El uruguayo salvó dos situaciones claras de gol ante Messi, y el argentino tuvo dos tapadas en una misma jugada, y también fue gravitante para mantener el duelo clásico sin goles.

El trámite se dio como se preveía. Con Argentina dominando el juego y con mayor tenencia de pelota, y Uruguay expectante, agazapado, para recuperarla y lanzar a sus dos delanteros hacia el arco rival.

Fue un partido táctico, fundamentalmente, en el primer tiempo, cuando se arriesgó poco y se marcó mucho. Esa fue otra de las claves que explican ese cero enorme que terminó dándose en el Centenario.

Las defensas estuvieron firmes, tanto Uruguay como Argentina no mostraron fisuras, y cuando predominaron los delanteros, no concretaron.

Los minutos consumieron un clásico que perdió emoción.

A quince minutos del final, quizás por el cansancio, quizás porque ya se sabía que Chile había perdido con Paraguay 3-0 en Santiago, o quizás porque era momento de no arriesgar para conservar el punto, se cayó definitivamente el duelo.

Argentina tuvo la pelota a gusto y antojo. La manejó de un lado a otro, no fue profundo su juego y Uruguay esperó sin lograr recuperarla.

Los cambios agregaron minutos, pero no emoción. El último tiro al arco lo tapó Muslera a los 58 minutos... demasiado poco para tantos y tan buenos delanteros en cancha.

No hubo cantos, ni aplausos y tampoco silbidos. El conformismo le ganó a todos. Y quiérase o no, como decía aquella publicidad del Ministerio de Turismo, “un argentino, un hermano....”.

El partido iba rumbo a la media hora y Messi apareció por derecha, enganchó de zurda, se sacó de encima a Godín, y envió una pelota combada, al segundo palo para el ingreso de Otamendi que, por poco no llegó a conectar la pelota que cayó en el segundo palo del arco Celeste. Susto.

Presión de Edinson Cavani sobre la salida del rival, el salteño “pellizcó” la pelota a Fazio, que le comete falta al delantero, pero el balón derivó para Suárez, que de primera, tiró un largo pelotazo que parecía terminaba en gol. La “viveza” del hombre del Barcelona no dio resultado por poco. Su disparo se fue por encima del horizontal. Casi.

Rechazo de la defensa argentina, el “Cebolla” Rodríguez le pegó desde afuera del área, Romero dio rebote, Cavani fue en busca de la pelota, y cuando parecía que la colocaba por encima de la salida del arquero argentino, un manotazo con mano derecha evitó el gol Celeste, y tras el nuevo rebote, se lo perdió “Edi”.

Gran jugada del ataque argentino. Pared Dybala-Messi, devolución perfecta para el “10” que quedó mano a mano con Muslera. El disparo del albiceleste fue tapado en notable esfuerzo por el arquero uruguayo. Fue la chance más clara de gol que tuvo la selección Argentina, y el meta Celeste fue el responsable de mantener el arco en cero.

Falta a Dybala cerca del área. Tiro libre de enorme riesgo sobre el arco uruguayo. Messi se paró detrás de la pelota, bien perfilado para ejecutarlo de zurda. El argentino le pegó notablemente, y cuando parecía que la pelota se metía junto al caño izquierdo de Muslera, el arquero voló y la envió a córner. Gran tapada.

JOSÉ MASTANDREA

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