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Del cielo... al infierno

| Nacional y Danubio, acostumbrados a jugar en excelentes pisos, deberán visitar dos campos impresentables: el Paladino y el Nasazzi

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DANIEL ROSA

El receso de una semana en el Apertura sirvió para que una vez más el tema de las localías estuviera sobre la mesa. En este caso no se trata de una cuestión de seguridad, como la que le prohibió a Cerro durante años llevar a los grandes a su estadio Tróccoli, sino por la comodidad, la imagen e incluso el espectáculo. La intención de Progreso de llevar a Nacional al estadio Paladino, que se encuentra en pésimo estado, ha disparado la alarma del ambiente en general, sobre todo por el reciente antecedente de los tricolores en el Nasazzi ante Bella Vista.

Aquella tarde, por la cuarta fecha hace dos semanas, el encuentro fue muy malo y finalizó empatado a 0, en gran parte producto del impresentable estado del campo de juego. En momentos en que el público ha mostrado una tendencia a regresar en buen número al fútbol, el cuestionamiento a la intención de Progreso pasa por cuidar el producto, pues existe coincidencia en la validez de un equipo por usufructuar su localía, sobre todo si su estadio cumple con los requisitos exigidos por la AUF. "Estamos haciendo todos los esfuerzos para volver a tener la fiesta en el barrio", expresó entre semana el presidente de los gauchos del Pantanoso, Gabriel Franco. Incluso indicó que su institución hizo un importante esfuerzo económico -de unos U$S 30.000- para construir los baños que se le exigieron y mejorar la cancha.

De los catorce estadios en los que se disputa el Apertura (Cerrito utiliza como local el Méndez Piana, propiedad de Miramar Misiones, en tanto Rampla hasta ahora no ha utilizado su campo por estar en reparaciones), sólo cinco están en buenas condiciones: Centenario, Parque Central, Belvedere, Jardines del Hipódromo y Franzini. Los demás se encuentran en mal y pésimo estado.

No sólo Nacional -acostumbrado a jugar en una de las mejores canchas del país, el Parque Central- sufrirá los efectos de ir al Paladino, sino también Danubio (segundo en el torneo) al visitar a Bella Vista en el Nasazzi.

En pos de mejorar los espectáculos y sobre todo el nivel futbolístico, quizá sea el momento de replantearse la posibilidad de elegir seis canchas, invertir en ellas y jugar allí dobles jornadas. La televisión puede jugar un papel muy importante en esa decisión.

Los altos costos que conlleva mantener en buen estado un campo de fútbol es la principal causa de que algunos que se encontraban en buenas condiciones hayan sufrido un enorme deterioro, aunque no la única.

No hay casualidades, sino causalidades para explicar el porqué de tan enorme diferencia entre algunas canchas y otras. Nacional, Liverpool, Danubio y Defensor Sporting, las cuatro instituciones más sólidas financieramente del medio, son las que tienen los mejores campos de juego, pues invierten unos 20.000 pesos mensuales en su mantenimiento. Una cifra similar le cuesta a CAFO la conservación del Centenario.

Otra cosa en común es el nombre de los profesionales que se encargan del mantenimiento de los campos. Danubio, Defensor Sporting y Liverpool tercerizaron el servicio y lo cumple la misma empresa, en tanto del Centenario y del Parque Central el encargado es el ingeniero agrónomo Salvador Invernizzi.

Bella Vista, Rentistas, Rampla Juniors y River Plate, instituciones que no hace mucho tiempo tenían muy buenos campos de juego, no pudieron hacer frente a los altos costos que insumían y por eso actualmente ya no lucen como antes.

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