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Con chispas de "Cebolla", el 1-1 clásico le dejó gusto a poco a Peñarol y amargo a Nacional

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Gol de Peñarol
LEO MAINE

TORNEO APERTURA

Cristian Rodríguez entró para jugar el segundo tiempo y le dio más juego al aurinegro, que fue más que el tricolor incluso jugando con 10 desde el minuto 62.

Mucho se habló de Cristian Rodríguez durante todo este tiempo: que se había peleado con los dirigentes por los sueldos durante la pandemia, que había llegado con sobrepeso o que se había desgarrado en forma inentendible estando en su casa.

Los seres humanos solemos ser dominados por nuestro lado sombrío, el más negativo, y esa oscuridad impide ver lo que hay del otro lado, es decir lo que la persona en cuestión hizo antes. Criticar al “Cebolla” podría decirse que es, a esta altura, como un deporte. Pocos son los hinchas de Peñarol que se sientan a meditar un rato todo lo que ha hecho con y por el club.

Por suerte para ellos —y para la institución— al CR7 criollo esto no le importa, porque es feliz jugando en Peñarol y viviendo a su manera, en el campo y entre fogones. Así ha sido, es y será. Lo que sí está comprobado es que difícilmente el “Cebolla” deje tirado al aurinegro. Podrá tener mejores partidos que otros, pero no va a defraudar. En este clásico de la nueva normalidad —ese que todos los uruguayos esperamos por cinco meses para que se jugara sin público y que pudimos ver a medias a causa de la niebla— que terminó con empate a 1 lo dejó bien claro.

Clásico 2020
Kaglemacher va con todo contra la pelota, Bergessio y Seba Fernández. Foto: Gerardo Pérez

El capitán entró para jugar los segundos 45 minutos con el marcador a favor de Nacional por 1-0 (primer gol clásico oficial de Gonzalo Bergessio, un “Terminator” que no perdona, porque hizo un tiro al arco en 90 minutos y lo mandó a la red con un potente cabezazo que venció las manos de Kevin Dawson) y fue la chispa que encendió a Peñarol para conseguir el empate y merecer incluso más del punto que sacó, porque si hubo un equipo que mereció ganar, ese fue el mirasol.

Y sin desmerecer todo lo bueno que hizo Facundo Pellistri con sus corridas a alta velocidad, lo que obligó a que Mathías Suárez lo parara con faltas y viera la amarilla, el “Cebolla” fue figura de Peñarol. Con su ingreso le dio otra explosión al equipo. Forlán lo puso como doble cinco junto a Krisztián Vadócz. A partir de allí el aurinegro puso a andar un circuito futbolístico completado por Joaquín Piquerez y David Terans, porque a esa altura Pellistri ya había pasado a la punta derecha.

Y por allí fue el aurinegro, con su capitán portando la bandera en primera línea de fuego. Porque de eso también se trata ser líder: mostrar el camino. Nada más elocuente que la jugada del minuto 53, cuando el propio “Cebolla” casi empata luego de poner a correr a Piquerez y cerrarla con un disparo cruzado que se fue al lado del caño tras el centro atrás de Terans.

Con el ingreso de Cristian Rodríguez hubo un cambio de actitud en Peñarol, que se transformó en un equipo más decidido a ir al frente. En realidad desde el primer minuto fue el que llevó la iniciativa ante un Nacional mucho más expectante que protagonista; fue más incisivo y con mejor juego colectivo, frente a un tricolor con muchas imprecisiones en la entrega y también a la hora de reordenarse para cubrir los espacios.

Clásico 2020
Ferreyra le muestra la roja a Britos luego de la dura falta contra Suárez. Foto: Gerardo Pérez

Durante los amistosos de preparación en este último mes y medio quedó evidenciada la dificultad defensiva de Nacional, pero como solo se pudieron ver dos, la razón de ello se comprobó con este clásico: hubo mucha distancia entre la línea de volantes y la del fondo. Eso lo explotó muy bien Peñarol, poniendo pelotas largas filtradas para los piques de Pellistri y en alguna ocasión de Matías De los Santos.

En el mismo sentido del razonamiento, la explicación de por qué a Peñarol le costó tanto durante la preparación hacer goles es que falló en el último toque.

En definitiva, quedó una vez más demostrado que se juega como se entrena. Nacional tuvo los problemas defensivos de la preparación, el fondo marcó mal una pelota larga y Luis Mejía —habitualmente seguro— salió a destiempo, permitiendo el gol de Terans a los 80’, un tanto que Peñarol merecía largamente. También en los amistosos fue contundente en ataque y lo confirmó al hacer cuatro remates al arco y anotar un gol.

Clásico entre Nacional y Peñarol sumergido en la niebla
Britos se anticipa en el cabezazo a Yacob y Laborda. Foto: Gerardo Pérez.

También aplica para Peñarol, porque reiteró sus inconvenientes en definición y, a su vez, se mostró firme en defensa, porque le llegaron poco.

La gran pregunta en Nacional es por qué no entró Rodrigo Amaral para lanzar a los puntas cuando Peñarol quedó con 10 en el minuto 62 y obligado a ir por el empate. Quizás la respuesta es que no estaba al 100%, pero si estaba en el banco Munúa se compró un problema al no utilizarlo en alguno de los cinco cambios.

El clásico tan esperado se fue con un 1-1 que dejó lejos en la tabla tanto a Nacional como a Peñarol, pero el que quedó más en deuda fue el tricolor, que otra vez falló a la hora de cerrar el partido y esta vez incluso con un futbolista más.

Peñarol sacó un punto que, paradójicamente, tuvo gusto a poco pese a jugar los últimos 28 minutos más los descuentos en inferioridad numérica. Y demostró que tiene un líder llamado Cristian Rodríguez al que siempre precisa.

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