EN ESPAÑA

Futbolistas, los entrenadores con su cuerpo técnico y médico; árbitros, delegados de UEFA, directivos, prensa de los dos clubes, alcanzapelotas y seguridad fueron las 250 personas habilitadas a entrar ayer al Estadio Mestalla para el partido entre Valencia y Atalanta por la vuelta de los octavos de final de la Champions League. Y Vicente Navarro, el único hincha presente en el estadio. El único que siempre estuvo y el que aún hoy siempre está.

El encuentro que tuvo la victoria 4-3 del equipo italiano por los cuatro goles del esloveno Josip Ilicic (3’, 43’, 71’ y 82’), los dos primeros de penal. Kevin Gameiro (21’ y 51’) y Ferran (67’) hicieron los del conjunto “ché”. Pero nadie festejó en las tribunas, prácticamente vacías.

Fue uno de los dos encuentros que estaba estipulado que se jugará a puertas cerradas junto con PSG-Borussia Dortmund como medida de precaución contra el coronavirus -ayer se sumó el de Barcelona y Napoli-. Ningún hincha pudo entrar al estadio, que tuvo sus 55.000 butacas sin ocupar. Incluso los medios de comunicación quedaron afuera; solo la prensa de los clubes y los encargados de la señal para la televisión estaban habilitada para ingresar. Ningún hincha estuvo presente en Mestalla... Salvo por Vicente.

Vicente Navarro, hincha de Valencia desde que tuvo uso de razón, nació con un ojo velado y el otro lo perdió de adulto producto de cataratas. Pero siguió asistiendo a Mestalla. Adquirió una butaca cerca del campo y su hijo le relató cada partido hasta que murió el 12 de diciembre del 2016. Pero en marzo de 2019, en motivo de los 100 años de la institución, el club lo homenajeó colocando una estatua de bronce en tamaño real que está en el asiento 164 de la fila 15 de la tribuna central, el mismo que él ocupaba.