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Del césped al cerebro de los jugadores: ¿cómo trabaja el River campeón de América?

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Marcelo Gallardo luego de la celebración de la Copa Libertadores en Madrid. Foto: Reuters.
SERGIO PEREZ

ARGENTINA

Detalles de cómo el conjunto argentino pasó de un descenso histórico a tener de los mejores años de su historia con Marcelo Gallardo y Rodolfo D'Onofrio a la cabeza.

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"Si vendiéramos a algún jugador, no solo no tendríamos problemas financieros: nos sobraría la plata, pero es una decisión”. Así explicó Rodolfo D’Onofrio, el presidente de River argentino, el firme momento deportivo e institucional de su club, campeón de la Libertadores 2018 y semifinalista de la edición 2019.

Hace ocho años, River había descendido a la “B”, un enorme golpe, que se sumaba a la pavorosa situación económica del club, que había gastado por adelantado ingresos de la televisión y patrocinantes. Hoy, según D’Onofrio, existe una “total solidez”. Y en las vitrinas hay doce nuevas copas, seis de ellas internacionales: Torneo Final, Copa Campeonato, Copa Sudamericana y Recopa Sudamericana 2014; Copa Libertadores y Copa Suruga Bank 2015; Recopa Sudamericana y Copa Argentina 2016; Copa Argentina 2017; Supercopa Argentina, Copa Libertadores y Recopa Sudamericana 2018. Todos los títulos bajo la presidencia de D’Onofrio y los últimos nueve con Marcelo Gallardo como técnico.

Por eso, River está rechazando ofertas de Europa por sus jugadores. El presidente contó que no atiende su celular cuando se trata de un contratista. La idea es repetir el título continental este año.

De la misma forma, el club rechaza propuestas para patrocinar su camiseta de empresas que no garantizaban una total solidez. El criterio es evitar posibles quejas de clientes insatisfechos con una marca publicitada en la casaca de la banda roja.

De cualquier manera, D’Onofrio señaló que la situación de Argentina, con un dólar que cada tanto se dispara, constituye un elemento de preocupación. Pagar los sueldos del plantel representa “una exigencia día a día”. La tercera parte de esos contratos está en dólares, la mitad está indexada al tipo de cambio y solo un 15% está en pesos. Pero, según el presidente, el club tiene “equilibrio operativo”.

NEUROCIENCIA

Entrenan hasta el cerebro

Otra innovación de River argentino es la aplicación de la neurociencia para el entrenamiento integral de sus futbolistas.El uruguayo Nicolás de la Cruz puede hablar de sus beneficios: luego de un comienzo titubeante en el equipo “millonario”, este año alcanza mejores rendimientos gracias al trabajo que realiza con la especialista Sandra Rossi.

La doctora Rossi enfocó su tarea con Nico en tres aspectos: técnicas de concentración, manejo de situaciones y manejo del estrés. Y de la Cruz hoy es titular y figura.

La prensa argentina comentó en estos días un ejercicio especial ordenado por la profesional para trabajar la atención, la velocidad de respuesta de los jugadores y la toma de decisiones bajo presión. Sobre el piso de un gimnasio se colocaron pantallas programables, que los jugadores debían atender y reaccionar según las instrucciones que se les daban.

En la cancha de fútbol, en tanto, se busca desarrollar habilidades cerebrales para, por ejemplo, ampliar el campo visual periférico de los jugadores. Así, podrán observar lo que ocurre en otro sector del campo mientras corren, o calcular mejor las distancias al realizar un pase.

“Mi plan se basa en ejercicios que tienen como fin lograr que sean jugadores anticipados, que reaccionen más rápido. Con las habilidades que se incorporan en los trabajos de neurociencia aplicada al deporte ocurre como con el aprendizaje de idiomas: se van perdiendo si se dejan de practicar, la curva de eficiencia desciende y lo mismo el rendimiento”, explicó.

Rossi trabaja con Gallardo desde el ingreso del técnico al club, en junio de 2014. Es médica recibida en la Universidad de Buenos Aires, especializada en Medicina del Deporte. Y desde allí comenzó a atender las neurociencias, con un laboratorio en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), donde trabajó con atletas de diferentes disciplinas.

La especialista está presente en todas las prácticas del equipo y viaja siempre junto a la delegación. Y se la ha visto entre los jugadores y el resto del cuerpo técnico en los festejos por los recientes títulos.

"cancha inteligente"

El césped también juega

Marcelo Gallardo pretende que su River juegue la pelota por bajo, que mantenga un ritmo constante, que sea dinámico y presione al rival en todos los sectores. Y para eso, no solo prepara a los futbolistas sino también al césped del estadio Monumental. En algún momento, el Muñeco se quejó por el estadio del terreno. Ahora, el campeón de la Libertadores cuenta con una “cancha inteligente”.

“Me preocupa el estado del campo porque nosotros intentamos jugar a algo que si no tenemos el beneficio de tener un buen campo, vamos a tener que cambiar. Algunos equipos no necesitan jugar con la pelota, pero nosotros sí. Por eso necesitamos tener un buen terreno de juego”, declaró el año pasado, cuando se encontró con una cancha en malas condiciones debido a un error en el uso de un herbicida.

Para solucionarlo, el club realizó una importante inversión en nueva tecnología y herramientas: maquinarias de corte y tratamiento del césped, un sistema de sensores, riego preciso y lámparas para acelerar la fotosíntesis del césped.

El campo fue dividido en 15 sectores y se riega solo donde es necesario. Antes, cuando se abrían los aspersores, el agua llegaba por igual a todos los rincones del campo. Ahora se abren solo los grifos que quieren los especialistas. El propio Gallardo participa en la decisión: quizás resulte mejor tener el piso húmedo y rápido por las puntas pero más seco en el medio, por ejemplo, porque se puede calcular incluso la velocidad que va a tener la pelota en cada sector. Un aparato denominado Hammer type cist permite conocer la dureza de la cancha, con lo cual los jugadores pueden elegir con más información el calzado a utilizar en cada partido.

Por otra parte, River compró lámparas especiales que permiten acelerar la fotosíntesis del césped para cuando no reciben suficiente luz solar. Una tecnología que se aplica en varios de los grandes estadios del mundo, donde las tribunas emopinadas obstaculizan durante varias horas el paso de la luz del sol.

Además, ante la amenaza de inundaciones debido a su cercanía con la costa, el estadio posee tres bombas que desagotan rápidamente todo exceso de agua hacia el río.

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