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Este Cerro va en serio

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Lo cerró. Angelo Pizzorno y su celebración del 2-0, el que convirtió a los 80 minutos. Foto: Ariel Colmegna

El albiceleste venció a Boston River, volvió a jugar muy bien, sigue líder y se postula para dar pelea hasta el fin.

El tipo va de un lado al otro de la tribuna. Camina, gesticula, grita, da indicaciones y vive el partido como si estuviera jugándolo. Es Diego Alonso Barragán, el técnico de Cerro. Dirige desde el otro lado del alambrado porque aún no ha revalidado su título en Uruguay, pero les gana a todos... o a casi todos.

Cerro venció 2-0 a Boston River y se aseguró durante otra semana estar en lo más alto de la tabla. Con su par de conquistas de ayer se consolidó como el equipo más anotador del torneo con 17, pero el mérito no está en su poder goleador, sino en su eficacia.

El albiceleste no es una máquina de genera situaciones de gol, pero juega con la intensidad de su DT. No es de esos equipos que se recuerdan por malas definiciones o por transformar al arquero rival en figura. Tiene la pelota, llega mucho y remata poco, pero cuando lo hace difícilmente falla.
Cerro es sólido en defensa, la cual no inicia del medio hacia atrás, sino que la presión comienza en tres cuartos de cancha. Es un equipo solidario a la hora de marcar (lo que agradece la retaguardia) y también a la de jugar. Que los rivales no encaren con balón dominado a la línea de fondo es mérito de todos los que están por delante de ella, que quitan, molestan y “entregan” al contrario a quienes lo esperan bien parados en el fondo.

Así, consiguió controlar a uno de los equipos que mejor juego tienen en el Apertura, porque Boston River apuesta a la pelota a ras del piso, al pase seguro, al arrastre de marcas, a la amplitud de cancha y a los pases filtrados. Todo eso lo hace muy similar a Cerro. Da gusto ver jugar al equipo del colombiano Alonso Barragán, porque es un festival de triangulaciones, producto del continuo movimiento de las piezas, de la inteligencia de los jugadores para explotar los espacios y para leer cuál es el compañero con mejor posicionamiento.

Cerro no es un ballet, pero ¡qué bien juega! Su brillo está en lo simple: postearse, esperar el pase y descargar a quien viene de frente o aparece por la espalda para ser solución de pase o arrastrar alguna marca. Así generó varias jugadas en la primera mitad, incluida la del gol.

Boston River, con un plantel diezmado, no aguantó tanto volumen de juego en contra y sucumbió. Tenía solo tres goles en contra en seis partidos y ayer recibió dos.

Cerro enfrentó a un solo rival de peso, Defensor, y empató 1-1. La segunda mitad del torneo le depara lo más duro del calendario, pero ojo el albiceleste, que va muy en serio.

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Lo cerró. Angelo Pizzorno y su celebración del 2-0, el que convirtió a los 80 minutos. Foto: Ariel Colmegna

TORNEO APERTURADANIEL ROSA

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