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Cerrito y un triunfo trabajado que dejó a Nacional complicado en el Apertura

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Los futbolistas de Cerrito celebran ante la tristeza de Thiago Vecino, que volvió a tener minutos. FOTO: Francisco Flores.
Francisco Flores

FECHA 13

Los auriverdes consiguieron la tercera victoria de la historia contra los tricolores con un gran rendimiento colectivo y mucha concentración.

Los futbolistas de Cerrito celebran ante la tristeza de Thiago Vecino, que volvió a tener minutos. FOTO: Francisco Flores.
Los futbolistas de Cerrito celebran ante la tristeza de Thiago Vecino, que volvió a tener minutos. FOTO: Francisco Flores.

Cuando salieron a la cancha, los futbolistas deCerrito saludaron uno por uno a los alcanza pelotas de las juveniles del club que iban a estar ayudando a reponer el balón durante el partido. Desde el minuto uno los jugadores que habían quedado afuera del plantel por distintas situaciones, así como los suplentes, alentaron a sus compañeros que salieron a jugar con una concentración y actitud envidiable. Los dirigentes y allegados que tuvieron acceso al partido aprovecharon cada ocasión que pudieron para alentar, e incluso cantar en el final del juego. Anoche, el “mundo Cerrito” vivió una de las páginas más ricas de su historia, ya que no es cuestión de todos los días vencer a un equipo como Nacional. De hecho, fue la tercera vez en la historia que lo pudo consumar tras los triunfos de 2004 y 2006.

Y se notó que Cerrito trabajó el partido y estudio al rival.

El técnico Roland Marcenaro logró que su equipo presionara a Nacional en campo rival durante gran parte del primer tiempo. Tuvo a dos volantes externos, como Scarone y González, que fueron permanentemente y complicaron a los laterales, que recibieron poca ayuda de los volantes y nula de los extremos. Ni Martínez, ni Carballo, ni Cantera tuvieron espacios para jugar la pelota con claridad; cada vez que se querían poner de frente al arco, había dos o tres camisetas amarillas rodeándolos. D’Alessandro, que jugó en una extraña posición como delantero por derecha, no aguantó no entrar en contacto con el balón y deambuló por la cancha, teniendo poco éxito.

Maxi Silvera supera a Armando Méndez en la carrera. FOTO: Francisco Flores.
Maxi Silvera supera a Armando Méndez en la carrera. FOTO: Francisco Flores.

Silvera, de penal, abrió el marcador a los 12’ tras una incidencia que se dio casi que cuatro minutos antes, pero que el VAR y el árbitro Andrés Matonte demoraron en confirmar la pena máxima, por una clara infracción de Laborda contra el Pelo Ortiz.

Nacional no pateó al arco en 45 minutos y no es un dato menor. Cerrito no lo dejó y las individualidades no aparecieron. El tricolor extrañó a su goleador Bergessio, y a Corujo, en una retaguardia que estuvo muy insegura. Ambos estaban suspendidos.

Naturalmente, Cerrito defendió más atrás en el complemento; también los cambios de Nacional lo llevaron a eso, porque los tricolores terminaron jugando con línea de tres en defensa, con Emi Martínez incluido.

Entre Gentilio, los palos y malas definiciones, Cerrito logró aguantar el 2-0 y se quedó con un triunfo merecido. Muy merecido. Porque hubo un equipo que se mentalizó en la semana que quizás la única manera de vencer a Nacional era estando concentrado y con una actitud superlativa durante todo el encuentro.

Nacional espera ahora por un traspié de Plaza Colonia para seguir ilusionado con el Apertura. Pero quedó una gran preocupación por el bajo rendimiento.

Leandro Fernández jugó de nueve, pero no gravitó. FOTO: Francisco Flores.
Leandro Fernández jugó de nueve, pero no gravitó. FOTO: Francisco Flores.

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