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“Cebolla” dulce

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Foto: Ariel Colmegna.

TORNEO APERTURA

El capitán le dio el triunfo y la punta en exclusiva a Peñarol.

Las noticias que llegan desde Jardines del Hipódromo al Campeón del Siglo son muy buenas. Mientras todavía los hinchas de Peñarol celebran el 2-0 convertido por el “Cebolla” Rodríguez sobre Boston River, cae el 3-0 de Liverpool a Danubio. La franja ya no va a ganar allá y acá el triunfo está casi asegurado. Entonces, todos los mirasoles se sienten dueños exclusivos de la punta.

Habrá un gol más acá, el de Diego Scotti, que a los 82’ bajó un poco los decibeles que generaba la tribuna, pero en realidad no se veía la posibilidad que la visita pudiera llegar al empate, pero cierta preocupación generó.

El pitazo final permitió desatar ahora sí el grito victorioso en los aurinegros, que lograron un triunfo que no reflejó en el marcador lo que se vio en el campo de juego.

Peñarol no fue avasallante, pero fue el que marcó la pauta del partido. Cuando estuvo metido, movió la pelota, rotó posiciones y aceleró, fue todo lo profundo que quiso. Cuando perdió alguna marca, se desconcentró y bajó el ritmo, le abrió la puerta a Boston River para que hiciera lo suyo.

La victoria aurinegra se basó en tres pilares individuales: Kevin Dawson, Cristian Rodríguez y Agustín Canobbio. El arquero tuvo cuatro tapadas fenomenales, dos de ellas con voladas espectaculares. El “Cebolla” anotó los dos goles, pero además robó pelotas y distribuyó muy bien el juego. Canobbio hizo un gran despliegue por la izquierda, colaborando en la marca, quitando balones, desnivelando en velocidad, llegando hasta el fondo, participando en los dos goles y formó un tándem muy productivo con el “Cebolla” y el debutante Rodrigo Rojo. Incluso le cometieron un penal en el primer tiempo que el árbitro Gustavo Tejera no cobró.

Por ese sector izquierdo estuvo lo mejor de Peñarol, que tuvo a una dupla ofensiva bastante apagada, fundamentalmente porque cayó en la red de piernas tejida por Boston River, que puso un 5-3-2 poco ambicioso, porque los volantes jugaron más en campo propio y recostados contra la defensa que en cancha ajena. Alejandro Apud partió el equipo, otorgó el mediocampo (el sector más fuerte de Peñarol) y prefirió controlarlo más adelante. Esto le dio la pelota al aurinegro, que llegó por las bandas y generó varias llegadas, pero también le restó ambición a su oncena. Estaba claro que la apuesta era a no perder, pero no tuvo éxito.

Aun así, Boston tuvo sus momentos, pero fueron como flashes: tres llegadas entre los minutos 36 y 38 (luego que su DT ordenara intercambiar de banda a Flores y Nadruz), un par de remates lejanos y el gol. El ingreso de Gallego le dio más claridad al rojiverde, para alimentar a un Callorda que, jugando al borde del área, fue el que más complicó.

Peñarol ganó y es el exclusivo líder que tiene el Apertura y también el único invicto que queda en el Campeonato Uruguayo. La única mancha, aunque menor, es que otra vez no pudo dejar su arco en cero, pero logró los tres puntos que es lo que más cuenta.

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