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Catino pasó raya al 2018, pero tiene en mente los proyectos de 2019

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Orgulloso. Catino posa con las réplicas en miniatura de los últimos cuatro Uruguayos de Peñarol y la Supercopa. Foto: Leonardo Mainé
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PEÑAROL

El interior, el reconocimiento a las glorias, la inclusión y los juveniles son sus principales preocupaciones.

Para Rodolfo Catino no es nuevo estar en Peñarol, pero este 2018 fue especial. Es que luego de ser presidente de las formativas y pro tesorero, le llegó una oportunidad, como la define él, “con mucha más responsabilidad”: ser vicepresidente de la institución.

A poco más de un año de haber alcanzado ese cargo, Catino pasó raya y no solo valoró lo que se ha conseguido hasta el momento, sino que no frena y ya piensa en los proyectos que le inquietan.

Entre sus principales preocupaciones se encuentran los socios, las juveniles y la relación con el interior, aunque no se olvida de los exjugadores, con los que trabaja en un proyecto personal que hoy lo enorgullece.

EXJUGADORES. Lo que surgió como una inquietud personal se terminó transformando en realidad este año, cuando pasó a encabezar la “Casa del exjugador”. Si bien es algo en lo que trabajó de manera personal, la intención fue “rendir homenaje y devolverles algo de todo lo que nos dieron los que hicieron grande a Peñarol”.

“Muchos de ellos están en una buena posición, pero otros no lo están y no podemos hacernos los desentendidos. Los exjugadores pueden ir a comer o a cenar gratis si lo desean y además tienen una sala de cine y de juegos. Sin ir más lejos, los del 82 hicieron un asado allí el otro día”, cuenta el vicepresidente aurinegro.

Catino asegura que “la idea no es un proyecto de asistencia, sino de devolverle a ellos un lugar donde sean reconocidos”. Precisamente en esa búsqueda se pretende hacer un centro de estudio en la propia casa para que los juveniles vayan cuando les sea necesario. Contarían con profesores y además podrían convivir un rato cara a cara con glorias del club en un ambiente relajado. “A los exjugadores les va a dar público y a los juveniles sentimiento de pertenencia”, dice.

La idea que plantea Catino con los juveniles hoy se desarrolla en la “Casita de Peñarol”, ubicada en Ciudad de la Costa, que alberga 40 jugadores de formativas y que supone un ahorro de más de 2 millones desde que el actual vicepresidente la consiguió hace 10 años, pues antes el club debía pagar un alquiler.

EL INTERIOR. Con la intención de “acercar el Campeón del Siglo al interior” llegaron más de 20 ómnibus con socios mirasoles desde distintos rincones del país para observar las últimas dos o tres fechas del Torneo Clausura.

“Los de Rivera pagaban 2.800 pesos y ahora por 800 hacieron ida y vuelta y directo al Campeón del Siglo. Muchos de ellos fueron al museo, lo recorrieron y se emocionaron, pero para alcanzar todo eso tuvimos que agarrar el auto, recorrer kilómetros, organizar todo y hablar con los intendentes”, agregó.

Incluso mantiene la esperanza de poder hacer lo mismo pero con los que se viven en el Oeste de Montevideo y así aquellos que vivan en La Paz, Las Piedras, Colón o Cerro, tengan un acceso más sencillo a los partidos en el estadio aurinegro.

En materia electoral, también se trabajará pensando en los socios del interior. Existen proyectos que tratan de que “la gente del interior tenga la misma cantidad de años de antigüedad para poder votar en las elecciones que los de Montevideo, aunque falta que lo apruebe la Asamblea Representativa”.

Otro proyecto de cara a las próximas elecciones es el de poder votar en todas las capitales departamentales. “Queremos que haya mesas de votación en todos los lugares donde sea necesario para que el socio no tenga que venir hasta Montevideo para votar. No tiene sentido”, asegura.

También se maneja la posibilidad de crear escuelitas en el interior que sean centros de formación y captación trabajadas por Peñarol, así como unificar a todos los clubes Peñarol que se encuentran desperdigados en el país. “Hay que buscar la forma de unificarnos e ir por un camino común, no de imponernos ni quedarnos con ninguno”, enfatiza.

Foto: Leonardo Mainé
El vicepresidente hizo mucho hincapié al trabajo con el interior. Foto: Leonardo Mainé

"TORO". Claro está que como vicepresidente, Catino se preocupa por el plantel, de las altas y las bajas. Eso quedó demostrado con la llegada del “Toro” Fernández. “Yo estaba veraneando y me enteré que iba a Nacional. Llamé al presidente de Racing y después me comuniqué con Flavio Perchmann (su representante). Después de cuatro o cinco horas de llamadas y de trabajar para conseguir el dinero, pudimos reunirlo y traerlo. Viendo cómo terminó la temporada del ‘Toro’, creo que es un clásico que terminamos ganando”, aseguró Catino.

INCLUSIVO. “Hace dos años José Luis Bringa me planteó la idea y me encantó. Hoy somos el único cuadro del Uruguay con un equipo de fútbol para ciegos y de un tiempo a esta parte dimos un salto muy grande en este aspecto”, manifiesta el dirigente.

“Jugamos con equipos de Argentina y nos fue bien, incluso salimos terceros en la Copa Libertadores”. Y agrega: “Nuestra idea es incluir otras disciplinas en el Peñarol inclusivo y que no solo sea fútbol”.

ESTRUCTURAS. La Ciudad Deportiva y el Arena Güelfi son proyectos grandes, pero en los que se trabaja sin cesar.

Para el primero, ya se cuenta con las 20 hectáreas compradas y con el proyecto que se lanzó este año. El mismo contará con concentración para juveniles y mayores, además de un mini estadio con la cancha de las dimensiones del Campeón del Siglo. Es así que el CAR o Los Aromos empezarían a ser utilizados por juveniles o también por otras disciplinas que tuvieron grandes rendimientos durante 2018.

Por su parte, sobre el Arena Güelfi (remodelación del Palacio Peñarol) ya se conoce un precontrato que le presentaron los inversores a Peñarol y que se está estudiando, aunque el propio Catino es optimista que en febrero se empezaría con el proyecto final.

Piensa en la salud de los juveniles.

Es un proyecto estrictamente personal, pero del que no desiste verlo algún día plasmado en la realidad. “Hoy agarrás a los juveniles con 13 o 14 años y los sacás de su familia y de su entorno y los fines de semana no pueden viajar porque juegan. Además, juegan entre las 9 y las 16 horas, los estamos mandando al cáncer de piel a los gurises por más protección que se pongan. Es una barbaridad”. Es por eso que la idea de Catino es esta: “Con la plata que va a tener que gastar el Estado en la salud de esos chiqulines en un futuro podríamos hacer diez canchas con luces led, para que jueguen de lunes a viernes y en horario nocturno. No sufren el sol y además el fin de semana lo pueden pasar con sus familias”, sentencia.

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