PEÑAROL

Tras un bajo semestre, Agustín levantó el nivel, hizo un gol y dio el otro

pablo cupese

Su deseo de quedarse pesó enormemente para que Peñarol le terminara renovando el contrato a un jugador que cuando llegó había sido importante, pero que en los pasados seis meses tuvo un bajo rendimiento, muy lejano al que se le esperaba por sus condiciones.

Diego López volvió a confiar en él y en el primer clásico del año, el primer partido que se puede considerar importante del 2019, Agustín Canobbio no defraudó.

En el primer tiempo generó la primera chance clara de Peñarol por la banda izquierda, que no pudo definir Gastón Rodríguez. Minutos más tarde recibió un centro del “Toro” Fernández que empalmó bien de volea pero que cayó en las manos de Luis Mejía.

Con su velocidad buscaba desnivelar, pero nuevamente se lo veía un tanto desprolijo. Aunque de todas maneras todo cambió con el gol que anotó. Iban 4’ del complemento cuando recibió un gran pase largo de Gargano, dominó la pelota, la cuidó metiendo el cuerpo y la mandó a guardar.

Suena obvio, pero pareció que no había mejor motivación para el joven volante que ese gol. Un gol que se le negaba desde abril de 2018, con aquel taconazo que terminó siendo el mejor gol del Campeonato Uruguayo del año pasado.

Luego de ese tanto clásico empezó a mostrarse más y por la banda izquierda desniveló una y otra vez. En uno de esos desbordes le terminó dando la posibilidad a Gabriel Fernández de anotar su gol: centro a la cabeza del “Toro”, que no desaprovechó la chance y sentenció la victoria mirasol.

Hacía mucho que Canobbio estaba en deuda. Tal vez había mostrado tan buenos rendimientos en sus primeros tiempos con la aurinegra que el hincha se acostumbró y lo estaba extrañando. Anoche apareció aquel Canobbio que tanto había gustado en su primeros partidos tras llegar desde Fénix.

Un gol, una asistencia y un gran partido que le permite a los hinchas volver a ilusionarse con él.

Eso sí, deberá mantener este nivel. Si lo hace, puede ser muy importante.