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Cannes 79: Los juveniles celestes campeones en Europa

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Los chiquilines de hace 40 años durante su reunión de la semana pasada. Un título que en su momento provocó enorme entusiasmo. Para sus protagonistas, una experiencia imborrable.

HACIENDO HISTORIA

En pleno furor por el fútbol de los jóvenes, aquel grupo dirigido por Bentancor y Gesto conquistó hace cuatro décadas el torneo de Cannes. Y cada año se juntan para recordarlo

Yo pensaba, y perdonen que me exprese en primera persona, que estaba galvanizado contra las emociones. Que estaba acorazado contra este tipo de alegrías. Pero, indudablemente, y felizmente, todavía existen, porque esta victoria que nos han dado los chicos uruguayos tiene un contenido realmente estupendo en materia de cosa emocional”.

Así comenzaba su crónica el enviado especial de El País al Torneo Juvenil de Cannes 1979 Marcelino Pérez, un veterano de mil batallas, en la cancha o como periodista. Esa vez celebró con el seleccionado juvenil uruguayo un título más, con el añadido de que fue en Europa.

“Fue el único título logrado en Europa por un equipo juvenil uruguayo”, recuerda 40 años después Jorge Chifle Barrios, capitán de aquel seleccionado. “Fue una gran conquista de un grupo divino”, afirma. El sábado de la semana pasada, como vienen haciendo todos los años, los celestes de Cannes se reunieron para evocar aquellos tiempos en un asado en lo de Carlos Gringo Berrueta.

En el Uruguay de 1979 se vivía el furor por el fútbol juvenil: como los mayores iban de fracaso en fracaso, los triunfos de los más jóvenes alentaban entre los aficionados y el periodismo la esperanza de un futuro mejor y con nuevos títulos. En enero del 79, por ejemplo, los celestes habían ganado el Sudamericano en Montevideo frente a la Argentina de Maradona y el Paraguay de Romerito.

Los futbolistas que viajaron esa vez a Francia fueron Jorge Seré (Danubio), Juan Bogado (Flores), Nelson Gutiérrez (Peñarol), Daniel Sánchez (River), Eduardo Linaris (River), Carlos Barnatte (Danubio), Carlos Berrueta (Danubio), Guillermo Vogrincic (Wanderers), Luis Confalonieri (Artigas), Jorge Barrios (Wanderers), Sergio González (San José), Javier López Báez (River), Ernesto Vargas (Peñarol), Freddy Techera (Cerro Largo), Dardo Pérez (Nacional) y Jacinto Baptista (Cerro Largo).

Los campeones de Cannes. Todo el plantel celeste posa antes de viajar a Francia en abril de 1979.
Los campeones de Cannes. Todo el plantel celeste posa antes de viajar a Francia en abril de 1979.

El reglamento de Cannes, un certamen que había comenzado a disputarse en 1950 y contaba con una sólida tradición en materia de fútbol juvenil, exigía equipos formados por menores de 18 años. Eso determinó que Uruguay presentara un plantel formado por algunos campeones del 79, como Barrios o Vargas, y otros que ganarían el título en 1981, como Gutiérrez o Berrueta.

La lista incluyó varios futbolistas del interior, que el técnico Raúl Bentancor -formando una dupla famosa con el preparador físico Esteban Gesto- seleccionaba en los constantes viajes de preparación. “Si habremos hecho kilómetros en ómnibus”, comenta Barrios.

“Don Raúl Bentancor fue el padre futbolístico para varias generaciones de jugadores uruguayos, desde aquel Sudamericano de 1977. Nos hacía jugar con mucho orden táctico, con jugadas preparadas. Y Gesto era un adelantado en la preparación física. La base que nos dio nos permitió a muchos de aquellos planteles jugar hasta cerca de los 40 años. Si nos hacía ir corriendo del Estadio Centenario hasta el aeropuerto de Carrasco por los canteros de avenida Italia...”, comenta.

El torneo de Cannes se jugó entre el 11 y el 16 de abril de 1979. Uruguay jugó cuatro partidos: venció 1-0 a Portugal (gol de Gutiérrez), 2-0 a Austria (López Báez y Baptista), 0-0 ya clasificado a la final ante México y 1-0 en el partido definitorio ante Costa Azul, un combinado formado por profesionales y con algunos mayores de edad, que tomó parte del certamen ante la deserción a último momento de Perú (el gol fue de Baptista).

Las crónicas de Marcelino Pérez hablaban de un equipo celeste lleno de entusiasmo pero también con fútbol. De la misma forma, denunció que los rivales practicaban un juego violento contra los uruguayos. Sin embargo, en la final, el árbitro francés Michel Kitadbjian expulsó a Linaris ya en el primer tiempo, por una infracción fuerte pero común.

Aquí no lo conocía nadie, pero Kitadbjian era tristemente célebre entonces en su país. En 1975 tuvo un escandaloso arbitraje en la final de la Copa de Europa, perjudicando gravemente a Leeds contra Bayern Munich. Y los hooligans ingleses, en venganza, destrozaron el Parque de los Príncipes de París.

Joao Havelange, entonces presidente de la FIFA, entregó la copa a Barrios. “Otra vez afloró la garra celeste”, comentó el brasileño a Marcelino. Un video en YouTube muestra algunas escenas de aquella final. El Chifle encabezó la eufórica vuelta olímpica con el trofeo en alto, aunque en las imágenes se le nota rengueando. “Es que yo corría tanto en los partidos que terminaba siempre con ampollas en los pies”, cuenta hoy.

El plantel tuvo un breve paseo por París y regresó a Montevideo, donde se lo esperó con una caravana y un recibimiento ante miles de personas en el Estadio Centenario. Escenas que todavía emocionan a aquellos jovencitos de entonces cuando se juntan para recordarlo cada año.

Se fueron buscando todos. Alguno, como Confalonieri, fue difícil de ubicar, pero al final llegó desde Artigas. Techera y Baptista lo hicieron desde Melo. Y por ahora solo faltan Vargas, que está en España, y Barnatte, en Estados Unidos. Formaron su grupo de Whatsapp, claro. Y los encuentros, cada 16 de abril, les permiten comprobar que Berrueta “cada vez hace un asado mejor”, según Barrios.

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