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El campeón olvidado de Maracaná

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Moran
Formacion de la Seleccion de Uruguay - Seleccion de Brasil vs Seleccion de Uruguay, final del Campeonato Mundial de Futbol de Brasil 1950, Est. Maracana, 16 de julio de 1950, Maracana 1950, Archivo viejo El Pais sobre 1492i - Archivo El Pais
Archivo El Pais

La epopeya del último título mundial celeste evoca los goles de Schiaffino y Ghiggia, la presencia de Obdulio, la tranquilidad de Gambetta, pero nunca cita al puntero izquierdo del partido frente a Brasil.

Gambetta durmió la siesta antes del partido. Obdulio se puso la pelota bajo el brazo. Matías González fue un león. Julio Pérez enloqueció a los rivales con su ritmo endiablado. Schiaffino logró el empate. Ghiggia convirtió el gol del triunfo… Y así todos tienen su lugar en una epopeya que se contó en libros y el cine, que se relata cada 16 de julio, que no se olvida. Todos, menos uno. Ruben Morán, campeón mundial en Maracaná, figura en la foto del equipo de aquella tarde, pero luego parece haber desaparecido de la memoria del fútbol.

Morán tenía apenas 19 años, dos partidos con la celeste (dos amistosos contra Chile) y un año de primera división en Cerro cuando el entrenador Juan López le entregó la camiseta de puntero izquierdo justo para el partido decisivo ante Brasil. Lesionado el titular en los encuentros anteriores, Ernesto Vidal, se manejó la posibilidad de que jugara Julio César Britos, puntero derecho en Peñarol aunque había actuado varias veces por la otra punta. Sin embargo, eran tiempos de esquemas bastante lineales: en un plantel cada jugador tenía su suplente natural y Morán lo era de Vidal: asunto definido para López, por más que pudiera señalarse la escasísima experiencia del reemplazante escogido.

Y allí está Morán en la foto del campeón, entre Pepe Schiaffino y el masajista Matucho Fígoli, con una tímida sonrisa en su rostro juvenil con incipiente bigote. Pero cuesta encontrarlo en otras imágenes, ya sea del juego o de los festejos. Repasando las crónicas de aquel encuentro se puede hallar una incidencia en la cual tuvo participación: a la media hora del primer tiempo se perdió un gol rematando alto cuando el arquero local Barbosa estaba fuera de acción. Pudo ser su consagración a los 19 años. No lo fue.

Morán nació, vivió casi toda su vida y murió en el Cerrito. Era natural que comenzara en el fútbol con los colores auriverdes. Fue en 1948, cuando el club conquistó el campeonato de la divisional Extra. En 1949 lo contrató Cerro, donde debutó en primera. En 1954 pasó a Defensor, pero su carrera allí resultó muy breve. Más tarde se fue a jugar a la ciudad de Rivera durante cuatro años. Al regresar se reunió con sus excompañeros de Maracaná, quienes volvieron a jugar amistosos benéficos en el interior del país, en el marco de la llamada "Campaña del Dr. Caritat" contra la poliomelitis.

Promesa no cumplida.

Más de seis décadas después, se puede interpretar que era un punterito que prometía y por eso fue citado para el Mundial de Brasil. Pero luego no terminó de concretar esa promesa. Con la celeste debutó en dos amistosos contra Chile en abril de 1950. No jugó en la gira previa por Brasil (el puntero izquierdo en esa ocasión fue Hugo Villamide). Volvió a ser citado para el Sudamericano de 1953, aunque no fue titular y entró solamente contra Brasil, en reemplazo de Donald Peláez. En total, su carrera internacional se resume en cuatro partidos. Claro que uno de ellos fue una final del mundo.

Tras el retiro, su pasado de campeón mundial le permitió conseguir un empleo público en la Dirección de Subsistencias. Murió con cuarenta y siete años, a comienzos de 1978. Fue el primero de los héroes de 1950 en marcharse. Una plazoleta en su barrio lo recuerda, a pasos de donde se encontraba la vieja cancha de Cerrito, en bulevar Batlle y Ordóñez y General Flores, que se llamaba —igual que su campo actual— Parque Maracaná.

El Tiza pudo ir a Boca o España; terminó en el fútbol de la OFI.

Ruben Morán, El Tiza, perdió dos pases al exterior cuando jugaba en Cerro, según lo recordaba en una entrevista con Sport Magazine publicada en febrero de 1977. En 1953 Boca Juniors necesitaba un puntero izquierdo, lo recomendaron a él, pero el presidente del club albiceleste, Luis Tróccoli, no le dio la transferencia. Tampoco cuando lo vinieron a buscar de un club español, cuyo nombre no citó Morán. En ambos casos, según el exfutbolista, el dirigente prometió conseguirle un empleo pero no cumplió. Finalmente, en 1954 Morán se fue a Defensor en canje por otro jugador. Vistió la camiseta violeta en apenas cuatro partidos. Después, El Tiza defendió a Huracán de Rivera y llegó a defender el seleccionado departamental en los campeonatos de OFI, antes de abandonar el fútbol en 1963.

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