OJO CRÍTICO

El día que había que pedir que el clásico se digite, se faltó a la cita. Cuando lo pidieron, casi en la hora del sorteo, le bajaron el pulgar de una, prácticamente como si se tratase de un ajusticiamiento. Después de sorteado, como castigo del destino, el clásico cayó en un lugar que incomoda: por competencia y por problemas de organización.

A Nacional le tocó ser local pero no puede serlo en su escenario deportivo porque el Gran Parque Central está en obra. Peñarol no aprueba cambiar el derecho de locatario porque le interesa jugar el del Clausura en el Campeón del Siglo y porque hay alguna cuenta pendiente con los tricolores. Para llevarlo al Centenario hay que lograr que los organizadores del recital de Maroon 5 acepten recibir el escenario deportivo a 48 horas de la actuación del grupo.

El clásico se tiene que jugar el 8 de marzo y las feministas creen que si hay marcha por el Día de la Mujer no puede haber fútbol. Cayó, además, justo una semana después del ingreso del nuevo Gobierno. Genera comezón, porque no es nada lindo empezar un ejercicio y que a la semanita se viva un problema en el fútbol.

Todo se une. El fútbol uruguayo, por el asunto que sea, sigue demostrando que es el campeón del mundo en fabricarse problemas.