IRREGULARIDAD

DANIEL ROSA

Peñarol está en crisis y el propio presidente Jorge Barrera lo reconoció, por más que asegura que se está muy a tiempo de salir de ella y que tampoco es tan grave, porque en definitiva el equipo está a un punto de Nacionalen la Anual y a tres del líder Cerro Largo, cuando quedan 45 por disputar en el Clausura.

La crisis es deportiva y lo demuestran los números. Por primera vez en la campaña de Diego López como entrenador de Peñarol, el equipo mirasol llegó a cinco partidos sin ganar. El último triunfo fue el 27 de julio, hace ya más de un mes, por 2-0 sobre Danubio.

A su vez, nunca el equipo estuvo tanto tiempo sin anotar. Pasaron tres partidos completos y parte de un cuarto, sumando 293 minutos sin convertir.

Son los peores días entonces del técnico desde su llegada en julio del año pasado. No solo porque no gana, sino porque perdió el primer lugar de la tabla acumulada del año, perdió feo (3-0) el clásico y finalizó cuarto en el Torneo Intermedio.

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Lo peor para la dirigencia y los hinchas fue la falta de actitud mostrada por el equipo en el clásico, la cual incluso fue admitida por algunos futbolistas.

Campeón del Uruguayo 2018 con la conducción de “Memo” a partir del Clausura y ganador del Apertura de este año, con lo cual tiene asegurado un lugar en la definición del Campeonato Uruguayo, Diego López igualmente sigue teniendo números positivos en el mirasol.

De los 53 partidos que disputó, incluidos algunos amistosos importantes, ganó 28 partidos, empató 14 y perdió 11, cuatro de ellos en los últimos siete partidos.

La llegada. Durante el Intermedio 2018, Leonardo Ramos -que había sido campeón uruguayo en 2017 con Peñarol- anunció que se marchaba y allí empezó la danza de nombres. Ya durante la presidencia de Juan Pedro Damiani, y antes de elegir a Ramos, el nombre de López había estado sobre la mesa.

Finalmente arribó a Peñarol en julio de 2018, debutó el 21 ante Racing por la primera fecha del Clausura y fue empate 1-1.

De primera le costó que la hinchada lo aceptara. Intentando imponer un juego de estilo europeo, priorizando la tenencia de la pelota y no siendo tan vertical, no le fue muy bien. Perdió los dos partidos que disputó por Copa Sudamericana ante Athletico Paranaense, aunque entre medio ganó dos partidos (a River Plate y Wanderers) sin que le anotaran.

La primera racha vino luego, cuando ganó cinco partidos consecutivos: a Liverpool, Boston River, Cerro, Atenas y Danubio. El primero de estos partidos es muy recordado porque Peñarol iba perdiendo en Belvedere y un hincha, a través de un acrílico roto en el banco de suplentes, lo insultó mucho y “Memo” se la bancó. Luego hizo cambios, llegaron los goles y la victoria, que empezó a cimentar la buena racha.

Empates y derrotas devolvieron las dudas, pero enganchó otra racha positiva de cinco triunfos (Progreso, Defensor, Nacional dos veces y Barcelona de Guayaquil) y nueve juegos sin derrotas. Esa fue la época más productiva de López en Peñarol: entre el 27 de octubre de 2018 y el 3 de marzo de este año, por más que en el medio cayó en la final de la Supercopa uruguaya por penales ante Nacional.

Otra buena racha tuvo entre el 30 de marzo y el 13 de abril. Fueron cinco triunfos consecutivos (Boston River, Flamengo, Danubio, Liga de Quito y Plaza Colonia) sin recibir goles. Luego las victorias y las derrotas (sobre todo a nivel internacional) se alternaron, llegó la eliminación de la Libertadores primero, de la Sudamericana luego, el consuelo de haber ganado el Apertura en el medio y la caída libre en el Intermedio.

Un sube y baja. Así ha sido el desempeño de Diego López en Peñarol, aunque con títulos que lo respaldan.