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El camino de regreso

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Jorge Castelli. Foto: Ariel Colmegna
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Hacer el camino a la inversa no es fácil. Hoy, Jorge Castelli recorrerá los 390 kilómetros que separan Montevideo de Tacuarembó con la conciencia tranquila, pero con cierto mal sabor de boca. El viaje será muy diferente al que realizó hace solo tres meses, cargado de ilusiones para dirigir a Danubio.

"Intento buscar la parte positiva; esto fue un gran aprendizaje. Creo que hoy soy un mejor profesional y entiendo otras cosas. Acá en la capital encontré un mundo distinto del fútbol", dijo.

Llegó por primera vez a dirigir en Montevideo, a un equipo con una idiosincrasia especial, al que se le habían ido varios delanteros, como Matías Castro, Balboa y Fornaroli, y llegaron 12 jugadores nuevos. Entre ellos algunos regresos pesados como el de J. M. Olivera, Grosmüller y Pablo Lima.

"Acá el jugador es distinto. El futbolista del interior sueña con llegar a la capital y el de Danubio con emigrar. A los futbolistas hay que conocerlos cuando ganan y cuando pierden y no tuve tiempo. Pero también entiendo las urgencias de los mal llamados procesos. El trabajo se estaba haciendo, conformar un equipo, un grupo y un plantel lleva tiempo. Más cuando hay 32 futbolistas y todos quieren jugar. Y con diferentes realidades, algunos llegaron con gran ilusión y otros estaban algo dolidos porque no les había salido el pase. A veces se miden sólo los resultados", dijo Castelli sin poder ocultar cierta amargura.

La inmediatez, la necesidad de mirar sólo el resultado fue lo que más le extrañó al DT, que había pedido licencia en varios de los trabajos que tiene en Tacuarembó. "Regresar no es fácil. Ir para atrás no es sencillo cuando las cosas no salieron como uno esperaba. Cuando uno se va hay otros que ocupan los espacios, pero volveremos a trabajar. No lo veo como un paso atrás. Aunque hay cosas que no volvería a hacer, como trabajar con tantos jugadores de calidad, pero estoy seguro que esto me va a ayudar a crecer en todo sentido", afirmó. "Hay cosas que uno aprende con el tiempo. Una es que a veces es más fácil sacar a un jugador de la cancha que la cancha al jugador. Y me tocaron varios de esos. Pero me llevo un buen recuerdo de un gran club. Hay un dejo de bronca; me hubiera gustado estar más tiempo", añadió Castelli quien se vino con el profesor Richard Cavalheiro, quien sufrió un infarto y tuvo que irse dejándolo aún más solo.

"Di lo mejor de mí y me voy tranquilo", finalizó.

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Jorge Castelli. Foto: Ariel Colmegna

danubioSILVIA PÉREZ

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