UNA GAMBETA
EDWARD PIÑÓN
FIFA se apresuró, se dejó llevar por el impulso de Conmebol y los dos, bien juntitos, terminaron transitando por un camino que no se ajusta a un principio jurídico procesal: el debido proceso. Se llegó a definir la intervención sin entregarle a la AUF las garantías mínimas y la oportunidad de ser escuchada. Que quede bien claro: proceder por enojo o rabietas termina siendo un abuso, mucho más cuando desde el lado uruguayo no hubo anomalías ni falta de transparencia en el acto eleccionario que se iba a cumplir.
Los clubes se demoraron más de la cuenta. Extendieron al máximo la aprobación de los nuevos Estatutos ignorando las advertencias de Conmebol y FIFA. Jugaron un juego peligroso creyendo que todo era una simple tramoya política de las autoridades uruguayas queriendo perpetuarse en el cargo. Bien clarito, también: son responsables de este panorama.
Los jugadores y los jueces no debieron adoptar este camino impetuoso y erosivo de la imagen de la AUF. Más sabiendo que los neutrales estaban consustanciados con su causa.
Ninguno eligió el camino correcto.