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¡Cambio! Sale Maradona, entra De Lima

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Festejo de De Lima. El goleador grita su conquista frente a la hinchada de Peñarol, ubicada aquella noche en la tribuna Colombes. Fue el tercero del clásico semifinal, que dejó a su equipo en las puertas del Quinquenio.

Hace 20 años, en menos de 24 horas se cayó la llegada del astro argentino y firmó en cambio el delantero uruguayo, al que muchos creían ya retirado pero que terminó convirtiendo goles fundamentales para el Quinquenio de su equipo.

LUIS PRATS

Todo ocurrió en menos de 24 horas, hace ahora 20 años. Diego Maradona estuvo a punto de llegar a Peñarol, pero el pase se frustró una tarde. A la mañana siguiente, el entonces presidente aurinegro José Pedro Damiani contrató a Juan Carlos De Lima. Y un rato después el delantero fue a Los Aromos a entrenar.

De Lima por Maradona significó un "cambio" muy comentado en aquellos días en que Peñarol iniciaba la última campaña por el quinquenio. No faltaron las bromas por el abismo de notoriedad entre los protagonistas, aunque De Lima había sido campeón de América y del mundo con Nacional y había tenido una buena campaña luego en Defensor. Incluso algunos lo creían un exjugador.

La posibilidad surgió cuando un contratista le avisó al dirigente Eugenio Restano que Maradona estaba dispuesto a jugar en Uruguay. Restano lo comunicó a la directiva y junto a Juan Pedro Damiani iniciaron las negociaciones.

"El contador Damiani me explicó que la llegada de Maradona iba a ser muy importante para Peñarol, por lo que significaba su fama internacional", recuerda Gregorio Pérez, técnico del club en la época. "Después tuve una charla con el plantel para preguntar qué opinaban ellos, incluso si estaban dispuestos a tolerar algunas consideraciones hacia Maradona. La respuesta fue masiva: estaban de acuerdo porque iba a ser una ayuda para todos. Bengoechea planteó que no tenía problemas en cederle el capitanato, que pateara los tiros libres o que usara la camiseta 10", agrega.

El 20 de febrero de 1997, una semana antes del debut por la Libertadores ante Nacional, Peñarol viajó a Paysandú para jugar un amistoso ante Gimnasia y Esgrima de Entre Ríos. Antes del encuentro, Gregorio fue entrevistado telefónicamente por el periodista argentino Fernando Niembro sobre el tema. Durante la charla se sumó Maradona, quien habló al aire con el entrenador y le contó su satisfacción por el pase a Peñarol. "Profe, voy a estar con ustedes en pocas horas", le dijo.

Peñarol venció 4 a 0 esa noche. Después, el técnico fue entrevistado por el recordado colega Raúl Barizzoni, quien le avisó que lo de Maradona se había caído. "Me quedé frío", comenta hoy.

Las dilatorias del astro, que aspiraba a volver a Boca, cansaron a los dirigentes, que resolvieron cortar las tratativas.

La noticia actualizó una preocupación de Pérez: quién jugaría arriba si se lesionaba Luis Romero. Se le ocurrió De Lima, que había quedado libre de Defensor. Lo consultó con Pablo Bengoechea y Oscar Aguirregaray, que lo conocían, y le dieron el visto bueno. De inmediato, llamó al delantero para anunciarle su interés por contar con él, aunque la decisión de contratarlo dependía de Damiani.

El jueves 21 por la mañana, Gregorio concurrió al estudio de Damiani para comunicarle su idea de traer otro número 9. El contador se sorprendió: "¿De Lima? ¿Pero ese muchacho sigue jugando al fútbol…? ¿Sabe el escándalo que se puede armar si decimos que no viene Maradona y que viene De Lima?". Pero Gregorio lo convenció, al punto que el presidente llamó al jugador, lo citó para ese mismo día y arregló su incorporación.

¿Qué hubiera pasado si Maradona finalmente arreglaba con Peñarol y De Lima no llegaba a ponerse la aurinegra? Para Gregorio, "es imposible saberlo". Siempre son difíciles los ejercicios de historia contrafactual, pero puede recordarse lo ocurrido con ambos futbolistas aquel año 97.

Tras frustrarse su incorporación a Peñarol, Maradona se fue a Canadá, a ponerse en forma con el exatleta Ben Johnson, suspendido de por vida por dopaje. Durante una entrevista en Chile sufrió problemas de presión sanguínea y fue internado. En abril volvió a jugar en Boca y en el segundo partido dio positivo en un control. Fue suspendido por la AFA, pero la Justicia congeló esa sanción ya que el jugador había denunciado que lo habían amenazado con colocarle droga en los controles. Regresó a las canchas pero se lesionó. Reapareció contra River, el 25 de octubre, y fue reemplazado en el entretiempo. El 30 de octubre, día que cumplía 37 años, anunció su retiro del fútbol.

De Lima disputó 16 partidos por Peñarol durante el Uruguayo 1997 y convirtió nueve goles. Se recuerdan en particular tres: el cuarto en el clásico que el aurinegro ganó 4 a 3; el cuarto, sobre la hora, para vencer a Cerro 4 a 3; el tercero de la semifinal clásica, que su equipo perdía 2 a 0 y terminó ganando 3 a 2, para quedar a las puertas del quinquenio, después conquistado. Hoy trabaja en una escuela de fútbol de la Intendencia de Florida.

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Festejo de De Lima. El goleador grita su conquista frente a la hinchada de Peñarol, ubicada aquella noche en la tribuna Colombes. Fue el tercero del clásico semifinal, que dejó a su equipo en las puertas del Quinquenio.

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