Publicidad

Caja de ahorro

Compartir esta noticia
Ricos y famosos. Diego Forlán invirtió en propiedades y tiene su futuro asegurado: disfruta con el golf.
Archivo El País

¿Querés conocer en qué invirtieron Ghiggia y Schiaffino en la década del 1950, los campeones de Peñarol de 1960, de Nacional 1970, Francescoli, Lugano, Forlán...? Enterate de todos los detalles en esta nota.

Cuando el jugador recibe el primer dinero grande se le aconseja comprar un inmueble para que se asegure la propiedad. Después ya viene la otra posibilidad para reforzar su inversión, siguiendo en ladrillos, con otras dos propiedades y luego en valores como bonos del tesoro, dólares, euros, con la finalidad de tener un respaldo al finalizar su carrera". El que habla es Ignacio Rospide, corredor de bolsa y asesor de muchos futbolistas que actuaron o aún actúan en el exterior. "Los tiempos han cambiado, y hoy hay mucha gente en el medio. Yo siempre digo que la cabeza del jugador no puede distraerse. En esto no hay misterios. El jugador tiene que tener plena confianza en la persona que le pueda manejar el dinero", agrega Rospide, que asesoró, entre otros, a Víctor Espárrago: "lo pongo de ejemplo, porque cuando él dirigía al Valencia lo llamé y le conté que en la esquina de casa iban a hacer un edificio. Con los premios compró un departamento. estaba sólo el pozo. Pagó US$ 150.000 y hoy ese piso vale US$ 700.000".

Pero no siempre hubo consejeros ni inversionistas. Muchos campeones del mundo murieron en la ruina o siendo muy pobres. Obdulio Varela jamás dejó su Villa Española natal. Y el día que pudo comprarse un coche, se lo robaron al otro día.

Juan Alberto Schiaffino, de notable trayectoria en Italia, fue la excepción. El dinero lo invirtió en propiedades y vivió sin apremios hasta que falleció. Fue de los pocos, como Roque Gastón Máspoli, que ganó mucho e incrementó su patrimonio con el Gordo de Fin de año.

Ya en los años 1960, cuando empezó a pesar el dinero grande, el fútbol uruguayo se llenó de figuras extranjeras, y los jugadores locales se valorizaron más.

El Peñarol campeón de todo logró que muchos futbolistas invirtieran en negocios: por aquellos años, lo más redituable eran las estaciones de servicio, los taxis, y para ese lado apuntaron.

Lo mismo sucedió con el Nacional de 1971. Taxis, repartos de cigarros, y estaciones de servicios. Pero no a todos les fue bien y sólo unos pocos lograron salir adelante.

Tanto ONeill, Silva, Alzamendi, Rodolfo Rodríguez, Fernando Álvez, como Amaro Nadal (hoy un productor ovino de renombre en el concierto ganadero nacional), son ejemplos de éxito en el rubro.

A principios de la década de 1990 y hasta hoy, se pusieron de moda las escuelas de fútbol, el dinero era otro. Los millones de dólares ganados en Europa daban más posibilidades y muchos futbolistas optaron por invertir en propiedades en Uruguay y en el exterior.

Pero otros, fundamentalmente los del interior, compraron tierras, campos que hasta el día de hoy explotan.

La caja de ahorro del gol, no siempre da ganancias.

Asprilla es hacendado

El colombiano Faustino Asprilla es utilizado como ejemplo. El delantero tuvo contratos multimillonarios en Italia e Inglaterra, invirtió su dinero en ganadería y es propietario de una de las haciendas más grandes de Colombia, en donde produce caña de azúcar a nivel nacional e internacional. Es exportador. De eso vive Asprilla hoy y todo fue gracias al dinero que invirtió en su etapa de futbolista. Por otro lado, Mauricio Serna, ex Boca, es dueño de un restorán temático del fútbol en Medellín y tiene inversiones en propiedades.

La selección, vidriera que cotiza en alza

“Las opciones para invertir siguen siendo las mismas de siempre. Lo que cambió es el entorno, hoy hay mucha gente en el medio que se mete y opina y le hace mal al futbolista”, dice Ignacio Rospide. “Los inmuebles no fallan”, agrega.

Y ese camino parece haberlo recorrido gran parte de los futbolistas de la selección uruguaya. En estos tiempos que corren, apuntaron a los barrios privados, a invertir en propiedades, y muchos de ellos se afincaron y viven allí. Pero también apostaron a las tierras, como Diego Lugano, Sebastián Eguren que son socios en un campo en Paraguay.

Otros, como Fernando Muslera, por ejemplo, han seguido un camino diferente e invirtieron dinero en una marca de ropa masculina.

De todas formas, los inmuebles siguen siendo la principal apuesta de los futbolistas. No sólo acá, también en el exterior. Hoy el dinero es otro, y lo que han obtenido con la Celeste da para diversificar las inversiones.

Algunos jugadores han optado por comprar acciones en diferentes emprendimientos y están asesorados por consultores o corredores de bolsa. Otros tiempos, claro.

Coppola tuvo un antes y un después de Diego

Guillermo Coppola "saltó" a la fama cuando Diego Armando Maradona lo nombró su representante. Pero antes que "El 10" manejó las finanzas de muchos jugadores. Se recibió de licenciado en administración de empresas en la Universidad Católica Argentina y desde su puesto de gerente en el Nuevo Banco Italiano se armó de una cartera de clientes, casi todos futbolistas. Empezó en 1974 y hasta principios de los años 1980, llegó a representar a Oscar Ruggeri, Ricardo Gareca, Hugo Orlando Gatti, Ubaldo Fillol y Nery Pumpido, entre otros.

El propio Coppola cuenta que además de pagarles las facturas y encargarse de sus contratos, los ayudaba con las inversiones. Algunos compraban para alquilar, otros invertían en el campo, otros colocaban su dinero afuera. Pero Coppola era más que un asesor financiero para esos jóvenes futbolistas: "Yo los vestía y los desvestía. Me convertí en el hermano mayor de muchos. Les organizaba el casamiento y los llevaba a su primera cita. Era el hermano mayor, el padre, el consejero". Hasta que llegó Maradona y le pidió exclusividad. Era todo o nada. Gracias a sus inversiones, Diego pudo lograr lo que logró, pese a la denuncia que le hiciera muchos años después.

Los campeones del 50

Juan Alberto Schiaffino y Alcides Edgardo Ghiggia jugaron en Italia. Y ganaron fortunas. De hecho, Ghiggia tuvo una Ferrari fabricada especialmente para él. Pero corrieron con suerte dispar. Schiaffino invirtió en propiedades y guardó dinero. Ghiggia, por diferentes motivos, perdió todo y tuvo que volver a empezar. Campeones del Mundo en 1950.

Dueños de los 60

Peñarol ganó todo en la década del 60 y sus futbolistas fueron los que más dinero recibieron en Sudamérica. Títulos, premios, copas, presencias. Muchos compraron estaciones de servicio (Tito Goncalvez, Spencer, Joya, Caetano), otros pusieron automotoras (Lito Silva) y supermercados (Julio C. Abbadie) pero no todos lograron éxito en sus negocios.

Hegemonía en los 70

Nacional se adueñó de América y el Mundo en 1971, pero venía armado desde 1967. Hubo títulos y muchos campeonatos. El dinero de los futbolistas terminó en taxis, estaciones de servicios y repartos de cigarros, como lo hicieron "Cacho" Blanco, Ildo Maneiro y "Cascarilla" Morale, Juan C. Mamelli, entre otros. Al igual que muchos, unos acertaron, y otros no.

Los 80 de la gloria

Los 80 tuvo a los grandes como protagonistas en el concierto internacional. Y hubo plata fuerte. Fue la década de la gloria y de las inversiones en tierras. Rodolfo Rodríguez, Antonio Alzamendi, Fernando Álvez, Amaro Nadal, Mario Saralegui, Ruben Paz y Óscar Aguirregaray, entre otros, apuntaron a la ganadería. Pero no fueron los únicos, claro.

Dólares en los 90

La emigración a Europa abrió otras posibilidades. Hubo dólares, muchos dólares y cambió el perfil de las inversiones. La mayoría, como Enzo Francescoli, Daniel Fonseca, Ruben Sosa y Hugo De León, entre otros, compraron propiedades. Otros optaron por bonos y moneda extranjera, muy pocos se volcaron al área de los negocios, apostaron a los ladrillos.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Ricos y famosos. Diego Forlán invirtió en propiedades y tiene su futuro asegurado: disfruta con el golf.

INFORMEJOSÉ MASTANDREA

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad