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El "Cacique" le compró paz y tiempo a una dirigencia que perdió el norte

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Los jugadores de Nacional celebrando el gol de Santiago Romero

NACIONAL

La victoria en el Arena Condá evita vivir tiempos de tormenta para unos directivos que no aciertan ni de casualidad en el clavo. 

Las victorias traen paz y conceden más tiempo. Y eso es lo que compraron, en el Arena Condá de Chapecoense, Alexander Medina y sus jugadores para Nacional. Es muy simple, hubiese sido muy difícil no vivir tiempos tormentosos, después de dos derrotas clásicas, si se retornaba de Brasil con un mal resultado en el inicio de la Copa Libertadores.
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El "Cacique", entonces, particularmente con las actuaciones de Esteban Conde, Santiago Romero, Diego Arismendi y Christian Oliva, le entregó algo de oxígeno a una dirigencia que hace buen tiempo que perdió el norte. A esta altura, vista todas las marchas y contramarchas que han tomado, no hay forma de no establecer que los presididos por José Luis Rodríguez no aciertan ni de casualidad en el clavo.

Para ser tan contundentes en esa afirmación, lo que hay que hacer es repasar caso por caso todas las determinaciones que han tomado -en materia deportiva- desde que asumieron la conducción del club.

maureen franco

¿Qué los hizo cambiar de opinión?

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Maureen Franco festeja el gol de Cerro. Foto: Ariel Colmegna
Maureen Franco festejando un gol con Cerro. Foto: Ariel Colmegna

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Empecemos por el último caso que llama poderosamente la atención. Y no solo porque Nacional haya contactado primero a Maureen Franco para intentar incorporarlo al club, dejando de lado el diálogo con Cerro para ver si era posible encontrar un camino de entendimiento. Seguramente, hubiese sido más fructífero saber si los albicelestes estaban dispuestos a lograr un acuerdo -por jugadores y algo en metálico- antes que mojarles la oreja poco después de que el futbolista hubiese firmado una renovación del contrato.

Pero antes de llegar a ese aspecto, que no es menor, lo que cabe preguntarse es ¿qué cambió? Cuáles fueron los argumentos esgrimidos en las últimas conversaciones para darle valor a Franco cuando no hace mucho tiempo atrás al anterior entrenador (Martín Lasarte) le negaron la posibilidad de sumar al atacante de Cerro.

Y eso que Lasarte les había dado razones suficientes como para confiar en su buen ojo. Porque si alguien precisaba una lupa para saber qué clase de jugador podía darle rendimiento positivo a los tricolores no era precisamente el exconductor de Nacional.

Franco, entonces, que estuvo a la deriva, con posibilidades de irse a Danubio, y que hasta había sido pedido por un técnico tricolor, no llegó en el momento que podía hacerlo y ahora, justo ahora que renovó hasta 2019 y no tiene cláusula de rescisión, a alguien se le ocurrió que había que traerlo.

rafael garcía

Una historia difícil de comprender

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Rafael García - Nacional. Foto: María Inés Hiriart.
Rafael García antes de irse de Nacional. Foto: Archivo El País.

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Los últimos partidos de Rafael García en Nacional habían sembrado muchas dudas en parciales y dirigentes, sin embargo, el cuerpo técnico que encabezó Martín Lasarte describió de manera muy gráfica el valor que tenía para el equipo la presencia de aquel "soldado" que Marcelo Gallardo siempre quería tener en sus filas.

Palabras más, palabras menos, Lasarte, Marcelo Tulbovitz y Sebastián Eguren, estaban convencidos que García tenía que quedarse en filas tricolores y así se lo expresaron al presidente José Luis Rodríguez, a quien incluso le pidieron que hiciera un pequeño -pequeñísimo si se observan los números de los salarios que paga Nacional- esfuerzo para que el futbolista no privilegiara la posibilidad de partir.

El tema, según supo Ovación, fue considerado en una sesión de la directiva del club, la que determinó de manera contundente -por escándalo en la votación- que a "Rafa" no había que hacerle ningún ajuste salarial, sin importar que con eso se abriera las puertas para su salida.

Meses después, con Lasarte afuera del club, con Rafa García militando -en préstamo- en Atlético Tucumán, se emprendió una gestión para intentar recuperar al jugador. 

gonzalo bergessio

No te quiero, te quiero

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Foto: Edward Piñón
Gonzalo Bergessio con la camiseta de Nacional.

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Otro caso llamativo es el que terminó con la vinculación del delantero argentino Gonzalo Bergessio, uno de los delanteros que siempre estuvo en la consideración del gerente deportivo Alejandro Lembo pero que no era muy del agrado de algún directivo y hasta del propio Alexander Medina, que pretendía otro tipo de futbolista.

La historia, en este caso, es más sencilla. Lembo puso arriba de la mesa varios nombres a considerar y el de Bergessio estuvo en el tapete. Quizás al mismo instante que se pensó en José Sand (aquí sí la dirigencia se puso las pilas, pero el empresario del futbolista jugó a la mosqueta con Nacional).

Bergessio recién empezó a ser considerado a medida que se fueron cayendo otros nombres y, también, en gran medida, para frenar la creciente ola de que no iba a ver más remedio que ir a buscar a Iván Alonso, futbolista al que, de ser posible, pretendían dejar para siempre en el congelador.

Pallas, Rolín, Silveira

Malas decisiones deportivas

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Hugo Silveira festeja su primer gol en Nacional, contra Villa Española. Foto: Gerardo Pérez.
Hugo Silveira convirtiendo su primer gol en Nacional. Foto: Archivo El País.

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Es cierto que muchas veces con el diario del lunes es más fácil concluir qué se hizo mal, qué se hizo bien. Lo que también es justo, es reconocer que en ocasiones se pasa por alto los consejos de quienes ponen mayor atención en aspectos que otras personas no pueden observar porque no están capacitadas para ello.

En pocas palabras, si no se escucha a las personas idóneas en la materia, y a quienes se les paga para que cumplan con esa labor, el error entonces es doble. Porque no se confía en aquel o aquellos a los que se les puso para que cumplan con determinada labor.

Mucho de ello hay en los casos de Alexis Rolín, Ignacio Pallas y Hugo Silveira. Acá, Nacional tampoco acertó y eso lo demuestran los hechos posteriores. Fundalmentalmente, el del delantero. Cuando se precisaba, igual que ahora, gente que le diera gol a la ofensiva tricolor siempre se manejó que Silveira era un futbolista para terminar de formar, para moldearlo, que no iba a ser una primera opción de ataque.

Razones de escasez, bajos rendimientos, terminaron dándole a un luchador y corajudo Silveira un lugar en el once titular, pero nunca en base a un potencial goleador. Nacional, sin embargo, tomó la determinación de realizar una inversión importante para comprar parte de la ficha del futbolista y hoy ya no entra ni de casualidad en los planes del "Cacique" Medina y está más cerca de irse que de quedarse. Ni siquiera sale a la luz que la operación terminara siendo un negocio redituable.

Con los zagueros tampoco hay que ser muy lúcido para terminar de concluir que no dieron en el blanco. Para empezar, Rolín no llegó en las condiciones que se decía que estaba y su recuperación demandó una eternidad. Además, cuando volvió su labor fue tan pobre que más de uno se quiso arrancar los pelos con las manos. Ignacio Pallas, cuyo fichaje no se realizó porque Fénix le pidió a Nacional una cifra que los tricolores consideraron desmedida para la edad del futbolista, hoy es titular en Cerro Porteño.

Y hay más

Poco comprensibles

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Quizás los resultados empiecen a encadenarse y la paz termine instalándose definitivamente en Nacional. A lo mejor la idea de Alexander Medina se asimilar rápidamente, los jugadores entran en un ciclo positivo y quedará en el olvido lo que pudieron ser decisiones poco comprensibles.

Como esto es fútbol, los dolores de cabeza desaparecen cuando llegan los goles que dan triunfos. Pero es imposible, por estos días, no concluir que es inentendible como se rechazó la posibilidad de incorporar a Fidel Martínez -ofrecido a Nacional antes que a Peñarol-, como se durmieron por el pase de Gabriel Fernández, como no abrocharon en su momento el fichaje de Agustín Canobbio, como dejaron ir a Santiago Romero para ir a buscarlo pocos meses después, como permitieron que Daniel Fonseca sacara del club a Rodrigo Amaral para llevarlo a entrenar (sin posibilidades de hacer fútbol y sin la supervisión de médicos y preparadores físicos de la institución) a Maldonado.

En fin, en el Arena Condá, el gol del "Colo" Romero y el trabajo en equipo de los jugadores del "Cacique" le entregaron un tanque de oxígeno a unos directivos que hasta la fecha no saben si hay que ir para acá o para allá.    

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