No juega un partido oficial desde el 19 de abril, pero atajará frente aDanubio en la última chance carbonera.

Con Gastón Guruceaga a la orden de la selección, Damián Frascarelli jugará el próximo sábado frente a Danubio en Jardines. Sabiéndose titular, el arquero comenzó la semana de otra manera. "Arranco todas las semanas pensando que puedo jugar, porque esa es mi motivación. Un jugador de cancha tiene más posibilidades, aunque no sea en su puesto. Yo sé que no voy a estar, pero para mi cabeza me hace bien pensar que puedo llegar a jugar", contó el arquero en un alto en el gimnasio Aliv, de Colón, donde se estaba ejercitando. "Siempre trato de hacer algo extra. Fui así toda la vida. Y ahora como el tío de mi señora tiene gimnasio y es muy bueno en el tema, me hace algunos trabajos específicos que me hacen muy bien".

Su último partido fue el 19 de abril frente a Sporting Cristal, cuando ya eliminado Peñarol ganó 4 a 3 en el CDS. O sea que lleva prácticamente seis meses sin un partido oficial. "Un arquero necesita minutos, arco. Por suerte Polilla siempre trata de meter amistosos para los que no jugamos y aunque no es lo mismo, suma", explicó.

"Hablo mucho. Hablar me lleva a ordenar el equipo y a mantenerme concentrado. Si no estoy metido al 100% en el partido, más la falta de arco, me puede jugar en contra. Por eso trato de hablar, de estar siempre motivado y activo".

A veces de afuera se pueden ver otras cosas, pero Frascarelli tampoco tiene la explicación de lo que le pasa a Peñarol. "Si tuviéramos la explicación ya lo hubiéramos solucionado. Son rachas, momentos. Así como a veces tenés la suerte del ganador, y sin merecerlo llegás una vez al arco y convertís, ahora llegamos seis o siete veces con situaciones claras y no podemos. Se nos cierra el arco y tenemos ese nerviosismo de querer hacer el gol rápido y de ganar porque durante la semana hacemos todo bien. Tocamos todos los puntos", explicó.

"Es difícil estar en la situación en que estamos y que el grupo siga tirando para adelante. No nos queda otra que tirar buena energía y apostar a lo anímico. Danubio es la última posibilidad que tenemos de revertir la situación", admitió. "En Danubio tienen una idea muy clara de juego, corren todos y meten todos. Por algo están arriba. Pero nosotros tenemos la motivación de bajarlos y poder dar vuelta todo esto".

A Frascarelli no le gusta ponerse la condición de referente, pero se sabe uno de los mayores de un plantel muy joven. "El nerviosismo puede pasar porque hay muchos jugadores nuevos y muy jóvenes. La camiseta de Peñarol tiene peso y lleva un tiempo de adaptación. Además, hay que ensamblar todas las piezas. Tenemos grandes jugadores, que eran figuras en sus equipos, y no se les puede decir nada porque están dejando todo".

El arquero estuvo de acuerdo con el apoyo que el plantel le dio a Da Silva en Colonia. "Esto es una conjunción entre jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Creímos que no era el momento de que diera un paso al costado, porque los responsables somos todos. Un cambio no iba a mejorar nada. Tenemos que revertir esto con la gente que está, y al grupo lo armó el Polilla".

Su famosa mamá debe estar muy feliz porque su hijo va a jugar. "No hablé con ella, pasé por la casa pero no estaba", contó Damián. "Pero no es solo mi madre, sino toda la familia. Y mismo los compañeros me hacen saber que están contentos de que tenga esta posibilidad que tanto esperé".

Tizinao no irá a Jardines del Hipódromo, pero acompañará a su padre a Los Aromos el día en que concentren. "Cada vez que fue ganamos, así que lo tengo que llevar sí o sí. Incluso los compañeros y la gente de la cocina me decía que lo llevara porque cada vez que él iba, ganábamos. Y en este campeonato todavía no lo he podido llevar. Es mi compañero fiel", dijo sobre el pequeño, que el viernes cumplirá los tres años.

SILVIA PÉREZ

PEÑAROLSILVIA PÉREZ