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De las broncas a las sonrisas

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Danubio

El equipo de la Curva pasó de las desiluciones del Apertura, a la alegría por su buena actuación en el Tornero Clausura.

Apertura :a quel comunicado de apoyo.

En la novena fecha del Apertura, Danubio atravesaba su peor crisis. Con apenas ocho puntos, ocupaba el puesto 14 en la tabla de posiciones, producto de dos victorias, dos empates y cinco derrotas. Tenían con 11 goles a favor y 17 en contra. A pocos meses de haberse consagrado como Campeón Uruguayo, el equipo de La Curva, vivía una pesadilla y los hinchas pedían a gritos el cese del entrenador. El club lo respaldó contra viento y marea.

"La Comisión Directiva de Danubio se reunió en la noche del lunes con el cuerpo técnico liderado por Leonardo Ramos para analizar la situación deportiva del equipo. Se llevó adelante una conversación sobre el tema, las causas del malmomento y la evolución de los jugadores que están en sanidad o han recibido inhabilitaciones. La dirigencia del club respaldó a Leonardo Ramos y sus colaboradores", rezaba el comunicado de la directiva danubiana.

El equipo, no daba pie en bola, pero se respetaba el proceso y el compromiso asumido con Leonardo Ramos, el entrenador que había logrado la cuarta estrella en el Uruguayo.

Danubio ganó y perdió, tuvo una campaña irregular, y los hinchas apelaron a los silbidos, los insultos y hasta las pintadas contra el entrenador.

"Estuve a milésimas de segundo de renunciar", reconoció Ramos, y agregó: "No renuncié porque hubo una persona que me habló muchísimo: Mario Rodríguez, el utilero", contó a la web oficial.

Fueron momentos de incertidumbre, de malos resultados, pero al fin de cuentas, venía de salir Campeón.

Danubio, en medio de los silbidos, terminó décimo en el Apertura. Ganó cinco partidos, empató cinco y perdió cinco.

De aquel equipo a este de hoy, hubo cambios. Ya no está Salvador Ichazo en el arco, ni Velázquez, ni Cotugno en el fondo, Camilo Mayada marchó para River Plate, y el "Tecla" Farías se fue como llegó: en silencio y sin muchos gritos de gol.

Tampoco están "los Canobbio", futbolistas que dejaron su huella, y que mal o bien, fueron parte del último título de los danubianos en la temporada anterior.

En el Apertura, fue La Curva de los lamentos. Con más tristezas que alegrías...

Clausura: el enemigo, vuelve a la pelea.

Hoy el panorama en Danubio es otro. Muy diferente, por cierto. El equipo de Leo Ramos aparece como "el enemigo" de Peñarol, el que puede bajar al líder del Clausura.

Está al acecho a solo tres puntos, y llega con posibilidades, siempre de la mano de un entrenador que creyó y cree en sus hombres, en ese proceso de cambio. Hoy aparece con un equipo renovado, prácticamente surgido del semillero, con juveniles que están sumando partidos en Primera y en la Copa. "La realidad es que este es un campeonato económico el que estamos haciendo, el club necesita tener un campeonato económico, por eso hay una gran mayoría de juveniles en el plantel", dijo Ramos.

Y en la cancha, se nota esa frescura. De aquellos silbidos del Apertura, pasó a los aplausos del Clausura. Porque Danubio levantó, mejoró, y si bien en la Libertadores no sumó un solo punto, todos son conscientes, que le tocó el grupo "de la muerte", con tres campeones continentales, como San Lorenzo, Corinthians y Sao Paulo.

El recambio, además, se hizo sobre la marcha, casi sin tiempo, y allí Ramos cumplió con ese pacto de honor alcanzado con los dirigentes: ascender y promocionar a jugadores de la cantera.

Danubio, con el mismo estilo, pero con otras caras, volvió a estar en la pelea. Al menos por ahora, porque está en ese pelotón que le pisa los talones al aurinegro, con 13 unidades, a sólo tres del líder.

Hoy nadie habla de cesarlo, y los silbidos le dieron paso a los aplausos.

La tormenta parece haber quedado atrás, y el Campeón se resiste a entregar la corona antes de tiempo. "Nosotros no cambiamos, jugamos siempre igual, sea quien sea el rival. Y no sólo lo hemos demostrado acá, en la Copa también", aseguró el entrenador.

Se viene el gran duelo del fin de semana, un partido más que importante para los franjeados. Saben que una victoria los mantendrá arriba, y una derrota, los alejará demasiado del título en medio del Clausura.

Este presente es diferente, claro. Hay más sonrisas que muecas, y más aliento que rechiflas. Danubio volvió a ser "el enemigo" de los grandes, en este caso, de Peñarol.

AHORA.

Torgnascioli - Es el gran capitán.

Franco Torgnascioli tiene 24 años, mide 1.88 y ya luce el brazalete de capitán. Ocupa el arco que dejó Salvador Ichazo y lo hace con solvencia de un veterano. Tiene voz de mando y transmite seguridad. Punto alto.

González - Una columna atrás.

Cristian González debutró esta temporada. Tiene 18 años, mide 1.85 y es uno de los pilares de la defensa. Posee buen manejo de pelota y tiene un juego aéreo importante. Otro surgido del semillero.

Tabárez - Uno más al ataque.

Marcelo Tabárez, recuperado, es otro hombre del club. Tiene 22 años y mucha categoría. Conforma el ataque danubiano junto a dos "foráneos": Bruno Fornaroli y el argentino Matías Castro.

ANTES.

Ichazo - Se fue al Torino de Italia.

Salvador Ichazo fue de los pilares cuando Danubio conquistó el Uruguayo 2013-2014. Seguro, ágil, reflejista, el arquero terminó siendo una de las figuras en el equipo de Leo Ramos. Hoy está en el Torino de Italia.

Mayada - Una cuota de clase.

La ausencia de Camilo Mayada se sintió. Ramos le buscó la vuelta al equipo. El hoy jugador de River fue clave para ganar el Uruguayo pero también cayó en la bolsa de los silbidos en el Apertura.

Farías - Los goles que no llegaron.

Una de las apuestas de la directiva fue sumar a algún futbolista de experiencia en el Apertura. Con la ida de Jonathan Álvez, llegó Ernesto Farías. Pero el "Tecla" no rindió, hizo pocos goles y se fue.

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