Álvaro González entró para el segundo tiempo y le dio solidez al equipo.

Iban 25 minutos del partido y Brasil estaba 2-0. Era desesperante para todos los uruguayos ver la facilidad con la que Brasil llegaba. Los volantes no contenían, los laterales no podían con la velocidad de Willian y Douglas Costa y la zaga veía venir de frente un malón de camisetas amarillas. Brasil amagaba con golear a Uruguay, pero el gol de Edinson Cavani aplacó un poco los ánimos.

Suele suceder que el gol es el principal cambio táctico y así lo había dejado en claro Brasil al ponerse en ventaja al minuto de juego. Sin embargo, ese gol celeste a la media hora de juego no fue el gran cambio táctico, sino que lo decidió Tabárez durante el entretiempo.

El técnico celeste mandó a la cancha a Álvaro González y esa variante fue la clave del empate y del dominio uruguayo en la segunda mitad.

Mathías Vecino, en su debut, jugó un buen partido desde la seguridad en los pases, pero no pesó en la marca. El ingreso del "Tata" compensó esa falencia, Uruguay presionó sobre ese sector, cercó a Neymar (que había tenido mucha libertad de movimientos) y cortó los circuitos futbolísticos que él armaba con su capacidad para poner pases filtrados a espaldas de los laterales.

González hizo un gran despliegue y le dio orden a un mediocampo que, en su afán de salir rápido de contragolpe, había descuidado sus tareas defensivas.

Con ese simple pero eficaz cambio, Uruguay se paró en campo de Brasil, con el "Cacha" Arévalo Ríos delante de la línea de cuatro y achicando espacios, lo que le dio mayor libertad a su vez a Vecino de seguir sacando juego. Entoncs fue el equipo local el que se desesperó y dejó espacios que sobre todo Suárez aprovechó muy bien. Él tuvo la más clara para el 3-2, pero también llegaron con peligro Stuani y hasta el propio "Tata", que otra vez brilló ante Brasil.

ELIMINATORIASJOSÉ MASTANDREA - RECIFE