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Los botijas al rescate

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Diego Rossi y Federico Valverde celebraron juntos el empate. Foto: Marcelo Bonjour
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Diego Rossi anotó a los 71 minutos, su primer gol en el fútbol profesional. Por si fuera poco, su conquista llegó en el momento más complicado del partido.

Peñarol perdía 1 a 0, el arquero de Rentistas, Guillermo Reyes, le había atajado un penal a Palacios y los "bichos colorados" estaban más cerca del segundo que los aurinegros de la igualdad. El chiquilín enfiló sólo hacia el arco y sacó un derechazo para empatar el partido y tranquilizar un poco las aguas.

Luego, salió disparado para abrazarse con Federico Valverde, su compañero de todas las formativas. Es más, el "Pajarito" ha sido el gran habilitador de Rossi, que se ha cansado de hacer goles en las divisiones juveniles. Esta vez, en su debut en la red en primera División, la pelota no le llegó de los pies de Valverde, pero en ese abrazo Rossi pareció agradecerle tantos otros goles. O quizás, simplemente quiso festejar con su amigo, con el que más conocía del plantel.

Lo paradójico es que hasta el sábado el técnico Jorge Da Silva tuvo la duda entre Valverde y Rossi. Al final se inclinó por el "Pajarito" y Forlán fue el compañero de Palacios en la ofensiva. Pero a los 62 minutos, el "Polilla" mandó a la cancha al delantero de sólo 18 años y ¡en lugar del mismísimo Forlán! Y fue con los dos juveniles en la cancha que Peñarol pudo dar vuelta un partido, algo que parecía muy difícil de conseguir.

Es más, el propio Da Silva, reconoció en la conferencia de prensa que, por cómo su equipo estaba jugando, no pensó que era posible revertir el resultado. "Sinceramente, parecía muy difícil por el rendimiento que estábamos teniendo y por lo que se necesitaba para ganar el partido. Por eso fue el tema de los cambios. Uno cuando realiza variantes es para cambiar lo que está pasando en el campo. Y fueron tres cambios prácticamente de ofensiva, que sabíamos que si entraban enchufados y tenían una tarde clara, podían aportarnos", reconoció el entrenador.

COMPLICADO.

"Lógicamente, cuando Palacios erró el penal lo vi muy complicado. Por suerte el gol de Diego Rossi nos cambió un poquito y luego ya se vio otro equipo en la cancha. Al menos con otra intención y tratando de manejar más la pelota, más vertical, con más movilidad. Era lo que habíamos buscado en el primer tiempo, pero lamentablemente con los que habían entrado no lo encontramos. Era un partido que se había puesto muy chivo. No estaba nada fácil, afortunadamente lo pudimos empatar faltando unos cuantos minutos y después sacar la ventaja para ganarlo. Pero mismo cuando estábamos 2 a 1 no era que estábamos seguros que lo ganábamos. Hasta el tercer gol fue un partido que podía haber terminado de cualquier manera", añadió Da Silva, quien reconoció que su equipo había tenido dos caras.

"Hubo 60 minutos en los que estuvimos muy por debajo, principalmente en la actitud, que es lo que siempre le reclamo a los muchachos. Pero no es la actitud de no correr o no meter, sino la actitud en el juego. Como equipo grande que quiere ser campeón Peñarol tiene que meter presión y jugar. Más con los jugadores que ponemos en cancha. Y en esos minutos estuvimos muy lejos de lo que pretendemos", admitió.

DEMORA.

"Nos estábamos jugando el campeonato. Eran tres puntos clave y me extrañó que por tanto rato los futbolistas no reaccionaran. Volvimos a caer en un bache. Lo que más me preocupa es la inestabilidad del equipo, en cuanto al juego y al rendimiento. No podemos tener esos vaivenes. Son unos minutos muy buenos y luego entramos en lagunas en que el equipo está muy lejos de lo que pretendemos. Y como yo les digo a los muchachos, no siempre vamos a tener la posibilidad de dar vuelta un resultado. No esperemos que nos hagan un gol o que la gente empiece a mostrar disconformidad con el rendimiento para reaccionar", analizó el "Polilla", que ayer embocó con los cambios porque los tres goles fueron convertidos por jugadores que ingresaron en el complemento. "No siempre se acierta en los cambios. Me alegro mucho por Diego, que marcó su primer gol. Ya había demostrado sus condiciones frente a Cristal".

Lo cierto es que ayer en el vestuario carbonero la alegría era inmensa. Los jugadores fueron recibidos por los brazos de hinchas y allegados cuando regresaban de la cancha. El presidente Juan Pedro Damiani ingresó feliz al camarín, con una enorme sonrisa pintada en su rostro. Y en la conferencia de prensa, mientras se aguardaba por la presencia del "Polilla" sonaba Márama en lugar de la habitual música funcional.

¿Vuelve Guillermo?

Defensa. Guillermo Rodríguez regresó ayer el banco de suplentes y Da Silva deberá decidir si lo incluye ante Liverpool o si mantiene una zaga que le da resultado. "Guillermo hizo fútbol esta semana y lo vi muy bien, con confianza a pesar de haber sufrido la lesión en dos episodios diferentes. Sabemos lo que nos da con su experiencia y temperamento".

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Diego Rossi y Federico Valverde celebraron juntos el empate. Foto: Marcelo Bonjour

PEÑAROLSILVIA PÉREZ

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