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Un gusto agridulce para ambos en el clásico

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Foto: AFP
PAU BARRENA

ESPAÑA

Por la ida de las semifinales de la Copa del Rey, Barcelona y Real Madrid empataron a uno. Lionel Messi fue suplente porque no estaba bien físicamente y el que lo extrañó en demasía fue el salteño Luis Suárez, que no se lució y terminó el partido con tarjeta amarilla

Barça y Real Madrid dejaron para la vuelta en el Bernabéu la definición de la semifinal más importante de la Copa del Rey después de un empate a uno.

Los merengues parten con una cierta ventaja por su gol de visitante pero también es cierto que los culés difícilmente dejan un partido sin marcar.

Ante la ausencia de Messi, Arthur fue el jugador bisagra del equipo de Valverde y Malcom, que entró nervioso, terminó siendo el héroe blaugrana, después de un partido que arrancó como ya es costumbre en el Camp Nou, perdiendo.

La primera aproximación la hizo el Real al arranque del encuentro. Un duelo entre alemanes: tiro de Toni Kross desde el corazón del área y Ter Stegen se quema las manos y rechaza hacia un lado. En la réplica, a Luis Suárez se le queda la pelota atrás cuando el ataque prometía un empate.

Pero los blancos han encontrado el talón de Aquiles de los blugrana y después de una pérdida de Rakitic, Piqué tiene que salir al rescate y bloquea a Benzema un duro remate.

Piqué se transforma en un baluarte en la defensa local que es fácilmente perforada por los merengues que se hacen dueños del partido.

En la siguiente jugada, a los 31’, Rakitic la deja de cabeza en el travesaño pero, de nuevo, dos contras seguidas del Madrid con Vinicius de ariete y la mala culminación del brasileño impiden más castigo para los locales. Van 33. “Menos mal que no está Cristiano”, comenta un periodista en la radio.

El Barça insiste y Malcom fabrica una buena jugada y se la pasa a Suárez que toma puntería, tira a colocar y Keylor se luce en la tapada. Dos minutos más tarde al uruguayo no le sale el autopase para sacarse a Ramos de encima en el área mayor. “Suárez no está inspirado, extraña a Messi”, dicen en la radio. “No olvidemos que hizo un triplete en el partido de Liga”, acota el colega del comentarista.

El estadio se cae en aplausos porque Messi hace calentamiento y faltan 35. Suárez se gana la amarilla por protestar.

A los 57, Alba llega frente a Navas y el rebote lo recoge Suárez. Dispara y el balón da en el palo y se deriva a Malcom que remata y la mete en el arco merengue. Se transforma en el héroe de la noche. Y todavía falta Messi. Primero entra Vidal por Rakitic. Messi se para en la mitad. Es el minuto 17 y en lugar de “in-de-pen-den-cia” el grito que se escucha es “Meeessi, Meeessi”.

Comienza otro partido con cuatro cambios en la cancha.

Suárez le hace un caño a Ramos. Messi no acompaña las jugadas, se nota que no está al 100%. Bale se pierde el segundo después de una mala salida de Ter Stegen. Faltan 7’ y es el primer remate a puerta de la segunda parte. Messi toca a la puerta de Navas.

Al final, un empate que favorece mínimamente al Madrid por el gol de visitante pero que termina repartiendo los méritos y a diferencia de otros clásicos también los abrazos entre los jugadores.

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