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Barcelona jugó mal y ganó con lo justo ante Real Sociedad

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Lionel Messi celebra el tanto del triunfo en el juego entre Barcelona y Real Sociedad. Foto: AFP.
LLUIS GENE

ESPAÑA

El equipo culé no la pasó bien ante el conjunto vasco y ganó 1-0 gracias a un polémico penal que Lionel Messi cambió por gol.

El VAR rescató una victoria apretada 1-0 del Barça ante la Real Sociedad después de un final más dramático que lo acostumbrado.

Messi volvió a ser el héroe de la tarde sin el brillo de otros partidos pero capitalizó el penal que dio el triunfo y que los árbitros de la tecnología vieron más que el resto de los mortales, incluyendo al juez Martínez Munuera.

El equipo de Setién venía a curar su herida del clásico del Bernabéu y el rival vasco no se lo puso fácil, errando algunas buenas oportunidades en la segunda parte.

Los culés intentaron salir jugando con Ter Stegen que lo hizo adelantándose unos metros más que de costumbre fuera de su arco aunque la Real Sociedad logró administrar más tiempo la pelota.

El árbitro principal observando en el VAR el penal cobrado a favor de Barcelona. Foto: Reuters.
El árbitro principal observando en el VAR el penal cobrado a favor de Barcelona. Foto: Reuters.

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Iban 8 minutos y Messi todavía no tocaba la pelota después de haber arrancado el partido. Los vascos insistían con Odegaard. La primera chance culé surgió en una carrera de Braithwaite que exigió al portero Remiro.

Ter Stegen seguía errático en sus salidas y escuchaba los silbidos de sus aficionados como castigo a su imprecisión. A la media hora la primera de los vascos llegaba con un cabezazo de Isak.

Messi gana la pelota junto a la bandera del córner en un cuerpo a cuerpo con un defensa donostiarra pero llega cansado para rematar al golero adversario. Ter Stegen recupera puntos cuando ahoga en la entrada del área grande una peligrosa incursión de Porto, el ex compañero de Stuani en el Girona.

A los 39, la combinación en el área de De Jong, Braithwaite y Messi, que termina en remate del argentino apenas desviado, es la mejor expresión de la ofensiva blaugrana de la primera parte. Poco después, el capitán culé recibiría la amarilla tras una llegada tarde sobre Merino. Es la tercera consecutiva después de Nápoles y Real Madrid, un dato inédito. Tan inédito como el control de la Real Sociedad al comienzo del segundo tiempo sin prestarle la pelota a los culés en los primeros 10 minutos.

Lionel Messi al ataque en el Barcelona-Real Sociedad. Foto: AFP
Lionel Messi al ataque en el Barcelona-Real Sociedad. Foto: AFP

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Messi es aplaudido cuando recibe de De Jong pero le queda para la derecha y remata desviado. Aunque sin resultados en el marcador, la incidencia parece estimular la presión de los locales. El partido estaba peligroso para el Barcelona porque la Real Sociedad apostaba por la buena posesión y la velocidad, y metía a Oyarzábal, una de sus estrellas.

Recién a los 64', Rakitic aclara una jugada enredada en el área visitante y saca un tiro franco que Remiro manda al córner bajo la algarabía de la tribuna. Aprieta el Barça. Piqué, de 9, la manda a las manos del golero vasco. Dos minutos después nuevo centro de Jordi Alba y le llega demasiado lejos a Rakitic, que cierra en el segundo palo. La tribuna vuelve a lamentarse y se le suman los periodistas culés en la tribuna de prensa que se toman la cabeza.

Sin embargo, en la cancha la Real Sociedad aprieta y busca ganar el partido. Falla muy buenas oportunidades a la contra y lo puede pagar caro. Los culés sufren porque han perdido el medio campo aunque haya entrado Vidal.

Después de otro ataque frustrado de los donostiarras, el árbitro detiene el partido porque en la jugada anterior en el área vasca se había detectado una mano. El juez revisa el monitor al lado de la cancha y resuelve marcar penal. El Camp Nou estalla de alegría y ve la salida a una partida que puede ser estratégica para ganar la Liga.

Gerard Piqué y Alexander Isak en el duelo entre Barcelona y Real Sociedad. Foto: Reuters.
Gerard Piqué y Alexander Isak en el duelo entre Barcelona y Real Sociedad. Foto: Reuters.

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Faltan 10 minutos y Messi tiene la misión de salvavidas. Espera a Remiro y lo mete a la izquierda del golero. El estadio festeja y los periodistas que sufrían y criticaban al equipo, se abrazan en el palco como aficionados.

El Barça, con una segunda parte muy pobre, salvó un obstáculo difícil en un momento no menos complicado en lo deportivo e institucional. Sigue cabeza a cabeza con el Real Madrid aunque siempre parece que no le sobra nada.

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