El inicio de los trabajos de Uruguay con vistas a los partidos por Eliminatorias no hará más que marcar el contraste entre lo que es el producto selección y el producto fútbol uruguayo.

Bien sabido es lo cuidado que está todo (o casi todo) lo que rodea a la Celeste, que cuenta con campos espectaculares para entrenar, con todas las comodidades en el Complejo Celeste y con una planificación acorde al profesionalismo. Lo que cuesta entender es por qué hay dos productos tan disímiles si la cabeza es la misma.

¿Cómo puede explicarse que la mismísima AUF que es ejemplo de organización a nivel internacional con su selección, permita que se transmita en vivo el principal partido de la fecha con una tribuna vacía de fondo y en un campo impresentable como el del Tróccoli?

No hubo sentido común. Se arriesgó no solo el producto, sino el físico de los futbolistas, entre ellos tres convocados a la selección nacional que trabaja desde ayer: Polenta, Victorino y Fucile.

Tanta seguridad que se exige para los aficionados, sería bueno tenerla con los jugadores. Así se evitará, de paso, un papelón como el de haber jugado en un campo impresentable.

EL ANÁLISIS - DANIEL ROSA