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Así vivió Forlán su primer partido como DT en el Campeón del Siglo

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Diego Forlán previo al juego entre Peñarol y Belgrano en el Campeón del Siglo. Foto: Marcelo Bonjour.

AMISTOSO

Como cuando jugaba, se puso la “10” y se hizo cargo de cada aspecto de Peñarol en el juego frente a Belgrano de Córdoba.

Ordenó, distribuyó, protestó y hasta se lamentó de alguna ocasión que no terminó en gol y que realmente lo merecía. De esta manera, Diego Forlán vivió su primer partido como técnico de Peñarol en el Campeón del Siglo. Por momentos, hizo lo mismo que se le veía hacer dentro del campo, pero del otro lado de la línea y es que la imagen de Forlán todavía cuesta un poco emparentarla con la de técnico.

Cuando el reloj de la pantalla gigante del CDS marcaba los dos minutos, Forlán salió del banco de suplentes e inmediatamente se paró al borde de la zona indicada por líneas punteadas y que ahora se convertirá en su lugar.

Por la ubicación y tal vez por necesidad, sus primeras palabras fueron con Jonathan Urretaviscaya, aplaudió un intento de Xisco Jiménez y protestó una falta cobrada contra Peñarol. “Pasale, pasale”, le gritó a Giovanni González en un ataque donde el “Rayo” tenía la pelota y podía desbordar.

Diego Forlán durante el juego entre Peñarol y Belgrano en el Campeón del Siglo. Foto: Marcelo Bonjour.
Diego Forlán durante el juego entre Peñarol y Belgrano en el Campeón del Siglo. Foto: Marcelo Bonjour.

Le realizó indicaciones a Vadócz, volvió a llamar a Urreta y aplaudió una de las mejores jugadas de Peñarol donde Acevedo asistió a Xisco y el español no pudo convertir. Instantes después miró al banco e hizo un gesto de esos de “qué mala liga” y hasta lanzó alguna palabra al aire que quedará en incógnita si fue un insulto o un simple lamento.

Un parate le permitió ordenar piezas y a los primeros que les habló a fue los delanteros. Xisco y Acevedo escucharon atentamente antes de volver a la cancha.

De todas maneras, si algo se le puede destacar a Forlán es la tranquilidad. Es cierto que se trataba de un partido amistoso y que por los puntos tal vez sea distinto, pero la gran mayoría del partido lo vio parado, con los brazos cruzados, observando cada detalle y participando lo justo y necesario, precisamente para no alterar a los jugadores.

En el complemento la historia fue similar y se lo vio todavía más calmo. Indicaciones para los jugadores que ingresaron y diálogo con Pellistri, que era el que tenía más cerca. Silbatazo final y al vestuario. A Forlán se lo vio tranquilo y por momentos, como cuando jugaba, con la “10” en la espalda.

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