Un equipo en formación que sumó rebeldía, pero por tramos carece de ideas.

Momento de hacer un balance y pasar raya a mitad del Torneo Apertura y con casi una media ronda de la fase de grupos de la Libertadores disputada.

Peñarol está invicto en el plano local, pero lejos de la cima. Se encuentra a cinco puntos de Nacional que además del clásico, debe otro encuentro más. En lo internacional, se reacomodó tras el duro traspié en Cochabamba y ahora deberá reafirmar para qué está en la doble fecha que se viene ante Palmeiras, en principio, el rival más complicado de la zona.

En sus primeros tres meses como entrenador mirasol, Leonardo Ramos dejó grabado a fuego su sello a pesar de que su equipo se evidencia que está en formación. Consiguió consolidar una columna vertebral y a partir de ello, rodearlos para conseguir un once de memoria.

Desde lo anímico se ve un Peñarol mucho más fuerte. Remontó cuatro partidos y se observa otra presencia dentro del campo de juego. Nahitan Nández, al cual el capitanato le cayó bárbaro, lleva la voz cantante junto a Gastón Guruceaga, Ramón Arias y Cristian Rodríguez. Es un equipo que habla, algo que se reclamaba la temporada anterior.Asimismo, acertó en las contrataciones y en darle cabida a Hernán Petryk y Mauricio Affonso, dos que no entraban en los planes de los anteriores entrenadores.

Por otra parte, incentivó la competencia interna. El DT demostró que no se casa con nadie y juega el que esté mejor.

Quedó expuesto en varios partidos cuando tuvo que ir a buscar el resultado. Ante Wilstermann lo pagó carísimo con una goleada. Desde entonces, viene buscando un equipo más equilibrado.

- Gastón Guruceaga (810 minutos): Determinante en los últimos encuentros. Asistencia perfecta.
- Ramón Arias (810 minutos): Entró bien en el equipo. Suma voz de mando. Jugó todos los minutos.

- Guzmán Pereira (724 minutos): Consiguió lo que no pudo tener el año pasado: continuidad.

- Iván Villalba (720 minutos): Llegó y debutó a la semana. No salió más de la titularidad.

- Lucas Hernández (720 minutos): De los puntos más altos hasta ahora. Aporta subidas y pelotas quietas.

- Hernán Petryk (540 minutos): Una grata sorpresa. Se transformó en el mejor socio de Nández.

- Lucas Cavallini (492 minutos): Hace el trabajo sucio. Un gran pivot para el resto. Marcó dos goles.

- Junior Arias (491 minutos): Alternó buenas y malas. Marcó dos goles y viene en levantada.

- Gastón Rodríguez (448 minutos): En su mejor momento vio la roja. Tres gritos en el semestre.

- Marcel Novick (409 minutos): No se notó su falta de fútbol. Volvió en gran nivel. Marcó un golazo.

- Alex Silva (306 minutos): Perdió la pulseada con Petryk. Tuvo su chance y no la aprovechó.

- Mauricio Affonso (283 minutos): Héroe en una semana. Salvó la Copa y el Apertura. Tres goles.

- Nicolás Dibble (222 minutos): Interesantes minutos cada vez que le tocó ingresar con espacios.

- Matías Mier (215 minutos): Arrancó como titular. Perdió terreno cuando el "Cebolla" se puso a punto.

- Martín Boselli (153 minutos): Parecido a lo de Dibble, pero con el saldo negatvo de una expulsión.

- Diego Rossi (135 minutos): Buena participación cada vez que le tocó entrar. Siempre enchufado.

- Ronaldo Conceiçao (90 minutos): Jugó un solo partido, donde no conformó una gran actuación.

- Ángel Rodríguez (85 minutos): Poca participación en cancha.Ingresó en dos complementos.

- Tomás Costa (42 minutos): Un primer tiempo para el olvido de Peñarol en la altura de Cochabamba.

- Cristian Rodríguez (488 minutos): El “Cebolla” llegó para darle al equipo el salto de calidad que no tuvo la temporada anterior. Con el correr de los minutos, sumó rodaje y empezó a ser desnivelante. Aporta experiencia, fútbol y también goles. Lo más importante: no tuvo lesiones.

- Nahitan Nández (696 minutos):Con 21 años se puso la cinta de capitán. Producto genuino del club y de los favoritos del hincha. Como volante por derecha es hasta el momento el punto más alto del equipo. Aporta desborde, velocidad y goles. Ya acumula tres festejos en este semestre.

ÁNGEL ASTEGGIANTE

PEÑAROLÁNGEL ASTEGGIANTE