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El "as" bajo la manga del maestro Tabárez

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Foto: Gerardo Pérez

SELECCIÓN

Lucas Torreira tuvo pocos minutos en la selección, pero demostró que condiciones no le faltan.

Lo que vieron los italianos (que lo quisieron tentar para su selección) y los amantes de la Serie A, que seguían a Lucas Torreira todos los partidos, fue lo que seguramente también inclinó a Óscar Washington Tabárez para citarlo a la Celeste y confirmarlo en el plantel para la Copa del Mundo.

Su rendimiento en la Sampdoria fue lo que le valió una citación que hace un tiempo tal vez era impensable para el nacido en Fray Bentos y del que se sabía poco en estas latitudes.

Sobre la base de buenos rendimientos llegó la posibilidad de calzarse la celeste y con los pocos minutos que ha tenido hasta ahora demostró que puede ser un recambio importante para el maestro en el mediocampo.

La China Cup y el amistoso de despedida frente a Uzbekistán fueron las dos posibilidades que tuvo el público para observar al pequeño volante con la camiseta de la selección y la verdad que en ninguno de ellos desentonó.

En su primer partido en el Estadio Centenario, Torreira dejó muchas cosas destacables, pero sobre todo la presencia que impuso en el mediocampo principalmente en dos aspectos: la marca y el ataque.

Pese a que su característica principal es la de “raspador”, no en vano fue el máximo recuperador de pelotas de la última Serie A, en el choque ante la selección asiática demostró que no le tiemblan las piernas para trepar con pelota e incluso incursionar dentro del área.

Fueron dos las jugadas en las que Torreira terminó dentro del área, desacomodado es cierto, pero con posibilidad tanto de habilitar a un compañero como de rematar al arco y luciendo una posición más de “10” que de “doble cinco”, lo que es, a priori, su posición natural dentro del esquema de Tabárez.

¿Qué le faltó a Torreira? Animarse un poco más al acercarse al arco y demostrar la buena pegada que tiene. El propio jugador lo admitió luego en la zona mixta tras el partido y seguramente con el paso de los juegos la confianza le dará esa posibilidad. Esa confianza que le ha dado el maestro y que hoy lo transforma en un gran recambio, en el “as” bajo la manga.

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