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Cuando no están o no aparecen

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Nos faltó contundencia", dijo Álvaro Gutiérrez tras la derrota ante Danubio. "Hay días en que uno está impreciso", tiró Pablo Bengoechea el sábado, después de perder ante Sud América.

Sin decirlo, los entrenadores de los grandes, hablaron de la ausencia de dos de sus figuras. Porque Nacional siente demasiado la falta de Iván Alonso en la ofensiva, y Peñarol sufre muchísimo cuando Urretaviscaya no rinde y no aparece en el ataque con su cuota de gol.

Y no es ninguna deshonra decir que se es Alonso-dependiente o Urreta-dependiente. Es como que Luis Enrique dijese que el Barcelona juega igual con o sin Messi. Y la verdad, no tiene nada que ver, sin el argentino es otro equipo.

Por algo hay titulares y suplentes. Por algo, también, los dirigentes hicieron esfuerzos supremos para poder tener a Alonso y a Urretaviscaya.

Los grandes sufren cuando no aparecen, cuando no juegan, cuando los marcan y no los dejan hacer. Son los que hoy marcan la diferencia en cancha, y esto sin desmedro de los demás jugadores, eso está claro.

Pero ni Gutiérrez ni Bengoechea son tontos. Lo saben mejor que nadie. Es lo que les está faltando, esa cuota de gol, esa clase que tienen solo los cracks.

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