Publicidad

A 20 años de Malasia, López sigue a puro gol

Compartir esta noticia
Hernán Rodrigo López. Foto: Francisco Flores

El goleador histórico del fútbol paraguayo y de la Copa Sudamericana es el único futbolista activo que jugó en aquel Mundial sub 20. Dos décadas después sigue gritando goles.

El miércoles pasado se cumplieron 20 años de la final del Mundial Sub 20 de Malasia. Una final que el equipo de Víctor Púa perdió frente a Argentina, pero que los hinchas uruguayos festejaron como si la hubieran ganado. Rodrigo López es el único futbolista se aquella generación que aún sigue visitiendo los cortos. A punto de cumplir 40 años en el próximo enero, juega en Guaraní de Paraguay. Durante estas dos décadas, el delantero, que inició su carrera en River, se ha cansado de gritar goles. No en vano es el máximo anotador histórico de la Primera de Paraguay y de la Copa Sudamericana.

-¿Cómo te sentís siendo el único de la generación de Malasia que sigue jugando?

-Viejo (se ríe). Es que nunca me puse una fecha para dejar de jugar. Y en estos últimos cinco años me fui sintiendo bien. Hubo un amague de dejar una vez en que vine a Uruguay y no surgieron posibilidades. Pero me llamaron de Luqueño y fue un envión anímico muy importante en mi carrera.

-¿Qué recordás de la final de Malasia?

-El nerviosismo que teníamos porque el título era algo que hacía mucho que no conseguía Uruguay. No había celulares, ni redes sociales, pero los familiares nos contaban que había una gran expectativa acá. Que la gente madrugaba para ver los partidos, pero no éramos muy conscientes de lo que pasaba.

-Fue el tercer título consecutivo de los argentinos, ¿sentían que ellos eran favoritos?

-No, porque a esa camada de jugadores argentinos los habíamos enfrentado muchas veces y nos había ido bien. Les habíamos ganado en el Sudamericano de Chile, lo recuerdo porque hice un gol en ese clásico. Y luego los enfrentamos dos o tres veces más en el Campus de Maldonado, en amistosos, y también les habíamos ganado. Claro, en aquel momento Riquelme no era el Riquelme que fue después, ni Aimar el que fue, ni Cambiasso el que fue. En aquel momento éramos todos juveniles, pero pasado el tiempo te das cuenta contra qué jugadores nos enfrentamos.

-¿Qué soñabas para la vida en ese tiempo?

-Pahhh, no sé. Se fueron dando las cosas muy rápido, estaba en la Quinta de River Plate cuando Púa me empezó a convocar para la Sub 17 y la Sub 18. Hacíamos giras, se preocupaban mucho por el proceso. Recuerdo que en uno de los primeros viajes, nos teníamos que ir a Cancún un mes para jugar un campeonato internacional. Yo estaba en cuarto de liceo y le tuve que pedir permiso a mi madre para faltar. “Vas, pero cuando venís retomás enseguida”, me dijo ella. Fuimos campeones y cuando volví me convocaron a entrenar con el primero de River y se me complicaba para ir al liceo. Iba al nocturno y llegaba muerto. Convencí a mi vieja para dedicarme al fútbol. Y bancó, pero me dijo que si me iba a dedicar lo tenía que hacer a full. Y eso hice siempre.

-¿Hoy te arrepentís de no haber seguido estudiando?

-No, pero sé que podía haber seguido. Podría haber hecho una carrera. Me gusta la arquitectura.

-¿Imaginabas lo que fue el recibimiento?

-No, nunca. Fue inolvidable. Perdimos al final, pero para la gente éramos los campeones. Los uruguayos se identificaron mucho con nosotros por la forma en que jugaba esa selección.

-¿Fue por Malasia que te fuiste al Torino?

-Sí, porque había emisarios en el Mundial. “Coquito” Rodríguez trabajaba para el club y me fue a hablar al hotel, a decirme que me estaban mirando. Yo era un chiquilín y todo me sorprendía.

-Vestiste 17 camisetas, ¿cuál fue el mejor momento de tu carrera? ¿Vélez?

-En Argentina viví uno de mis mejores momentos, porque además era uno de mis sueños de niño. Antes de debutar en Primera División me gustaba mucho el fútbol argentino. Siempre lo miraba por televisión y quería jugar allí algún día. Y también destaco lo de la selección mayor, a la que llegué cuando estaba en Vélez. Fue un pasaje corto, pero que disfruté mucho. Estuve en ese grupo de Sudáfrica. Fue muy lindo.

-Es verdad que cuando tenés unos días libres, como ahora, ¿venís a supervisar tu negocio?

-Nooo. (Risas). Esta iniciativa empezó con mi amigo Martín (Terrada) porque él siempre se dedicó al rubro de la impresión y la cartelería. Entonces pusimos nuestro propio taller de impresiones digitales. Lo llevamos adelante con mucha responsabilidad, con criterio, con seriedad. Martín es el encargado y yo cuando puedo vengo a darle una mano. Aunque también hemos hecho trabajos en Paraguay. Con Martín somos amigos desde que jugábamos juntos en la Sexta División de River, luego cada uno siguió su camino, pero la amistad sigue hasta ahora.

-No es tu único negocio, ¿verdad?

-También tengo en Paraguay “Punto Mía”, que son las compras por Internet, con otro socio uruguayo.

-¿Estos negocios surgieron pensando en el futuro sin fútbol?

-No surgieron por eso, porque este negocio lo tenemos hace siete años, pero lo tomo como un medio de vida, por más que creo que siempre voy a estar vinculado al fútbol.

-¿De qué forma?

-Tengo el curso de técnico terminado, lo terminé en La Plata cuando jugaba en Estudiantes. Me gustaría incursionar en la dirección técnica porque siempre viví para el fútbol. Tener un nombre como jugador ayuda, pero no creo que sea determinante. Que te conozcan puede ayudar a que te den una oportunidad, no descarto que sea en Uruguay o afuera.

-Y ser goleador, ¿no genera un respeto especial de parte de los jugadores?

-Yo tuve a Fernando Morena en River Plate y le teníamos un respeto enorme. Yo jugaba en su misma posición y me dejó una cantidad de enseñanzas para el puesto. Más allá de que luego tuve muchísimos técnicos y todos dejan cosas importantes.

La Final. “No se dio por esas cosas del fútbol”.

”Jugué todo el segundo tiempo en la final con Argentina. Arrancamos muy bien, ganando con gol del ‘Canario’ (Pablo García). Después con un gol de cabeza de Cambiasso y otro de Quintana nos dieron vuelta el partido. Los tuvimos prácticamente todo el segundo tiempo dentro del arco, pero por esas cosas que tiene el fútbol no se dio”, recordó López sobre la final de Malasia.

Una fecha muy especial

El 5 de julio, la misma fecha de la final de Malasia, tiene otro significado para López. En 2009 fue campeón argentino con Vélez, también un 5 de julio. “Le ganamos al Huracán de Cappa. Y me acordé de la final de Malasia, pero esta otra la pude ganar”. En ese momento lo citó Tabárez a la selección.

Guaraní hasta diciembre.

Rodrigo tiene contrato con Guaraní hasta diciembre. Y tiene alguna posibilidad de regresar a Uruguay. Volver a jugar en su país es una asignatura pendiente para él. También jugar en un grande de Uruguay. Sabe que eso ya no será posible a esta altura, pero le gustaría terminar su carrera en casa.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Hernán Rodrigo López. Foto: Francisco Flores

ENTREVISTASILVIA PÉREZ

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

malasiahistoriaGuaraní

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad