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A 25 años de la Copa América 1995, el último gran torneo organizado en el país

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Copa América 1995

HACIENDO HISTORIA

Los celestes fueron campeones de un torneo que tuvo grandes estrellas, sorpresas e incluso un episodio de violencia

Fue la Copa América de los estadios en el interior, del polémico duelo Brasil-Argentina, de la sorpresa estadounidense, de la violencia de los barra bravas argentinos y, por supuesto, el de un nuevo triunfo celeste, el décimo cuarto en la historia del torneo. Ya pasaron 25 años de la Copa América 1995, la última gran competencia internacional de fútbol organizada en Uruguay.

El certamen tuvo 12 participantes, los diez seleccionados sudamericanos más dos invitados, Estados Unidos y México. La vieja Copa había cambiado mucho desde 1917, cuando en la primera edición oficial llegaron a Montevideo solo los seleccionados de Argentina, Brasil y Chile.

Además del Estadio Centenario, que ya había recibido al Campeonato Sudamericano en 1942, 1956 y 1967 (sin contar los partidos jugados allí por las ediciones sin sede fija de 1979 y 1983), aparecieron tres escenarios nuevos, ampliados y renovados especialmente: el Campus Municipal de Maldonado, el estadio Atilio Paiva Olivera de Rivera y el estadio Artigas de Paysandú.

A diferencia de aquellas copas, que se disputaron a fines de la primavera o en verano, esa vez tuvo lugar en julio, y las temperaturas del invierno resultaron particularmente bajas, lo cual afectó la concurrencia a algunos partidos. A cambio, llegaron periodistas de todo el mundo (en total se acreditaron 7.290), como no ocurría desde la Copa de Oro 1980: era la primera gran competencia futbolística que este país organizaba desde aquella. Y no se ha vuelto a repetir un acontecimiento de esa magnitud. Por supuesto, también arribaron las planas mayores de la Conmebol y el presidente de la FIFA Joao Havelange, mucho antes que la Justicia de Estados Unidos revelara sus prácticas corruptas.

En el grupo A, con sedes en el Centenario y el Campus, jugaron Uruguay, Paraguay, México y Venezuela; en el B estuvo Brasil, que fue casi local en Rivera, además de Colombia, Ecuador y Perú. Y en el C, en Paysandú, Argentina estuvo del otro lado del río Uruguay, junto a Estados Unidos, Chile y Bolivia.

El partido inaugural fue Uruguay-Venezuela, el 5 de julio, tras una breve ceremonia y bajo los sones de Todos goleando, la canción oficial compuesta por el uruguayo Pájaro Canzani.

Brasil llegaba con el título de campeón mundial logrado un año antes en Estados Unidos. Trajo casi el mismo plantel, dirigido por Mario Zagallo, incluyendo al juvenil prodigio Ronaldo, aunque jugó un solo partido. Argentina, en tanto, estrenaba técnico: Daniel Passarella, quien pronto volvería por estos pagos pero para dirigir a Uruguay.

Aquella Copa tuvo además el saldo trágico de un hincha asesinado, eco de la violencia en el fútbol argentino. El joven Daniel García, que había ido a Paysandú en un ómnibus con hinchas de Platense, murió cuando barra bravas de los clubes Morón y Tigre los emboscaron luego del encuentro Argentina-Chile. García tenía 17 años y había viajado sin documentos ni permiso de sus padres.

Luego de los dos triunfos iniciales ante Bolivia y Chile, que habían asegurado la clasificación, Passarella alineó a los suplentes para cerrar la serie contra Estados Unidos. Fue un grave error: Argentina perdió 3 a 0 contra los norteamericanos liderados por Alexi Lalas, el defensa de la barba puntiaguda, y tuvo que enfrentar a Brasil por los cuartos de final en Rivera.

Esa noche, los albicelestes ganaban 2-1 cuando faltando pocos minutos el brasileño Tulio empató, luego de acomodar la pelota con la mano, una infracción el árbitro peruano Tejada no vio. Definieron por penales y en esa instancia avanzaron los verdeamarillos.

Un año después de ser anfitrión del Munduial 1994, Estados Unidos mostró los progresos de su fútbol. Además de vencer a Argentina, eliminaron a Chile y luego avanzaron a las semifinales, derrotando por penales a México. En esa instancia perdieron apenas 1-0 con Brasil, para caer ante Colombia en el encuentro por el tercer puesto. Los colombianos, en tanto, quedaron segundos en el grupo de Brasil y después le ganaron a los paraguayos por penales en los cuartos de final.

Más allá de todas esas alternativas, el título volvió a ser celeste, como ocurrió cada vez que la Copa América se jugó en esta tierra. Luego de la traumática eliminación del Mundial 1993, con el fondo del conflicto entre el técnico Luis Cubilla y los llamados “repatriados”, fue llamado Héctor “Pichón” Núñez para que con su experiencia y “cancha” cicatrizara las heridas. Lo logró plenamente en esa Copa, el único título internacional uruguayo en la década de 1990, aunque luego también él sufrió el rigor despiadado de las eliminatorias.

Uruguay venció por goleada a Venezuela, le costó más ante Perú y logró un empate in extremis ante México, lo que salvó el invicto histórico en casa por torneos sudamericanos. En los cuartos de final superó ajustadamente a Bolivia, que tenía el mejor plantel de su historia. Por las semifinales venció claramente a la ascendente Colombia. Y le ganó la final a Brasil por penales. Se perdía al cabo del primer tiempo, pero igualó Pablo Bengoechea con un magnífico tiro libre. Luego, los uruguayos acertaron los cinco penales, en tanto Fernando Álvez le atajó a Tulio, justo a él. Y el capitán Enzo Francescoli levantó el trofeo.

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