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"Anímicamente estoy con la idea de hacer un gran Mundial en Rusia"

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Óscar Tabárez

ÓSCAR TABÁREZ

El técnico de la Celeste colocó a Bélgica entre los favoritos de la Copa del Mundo, dijo que "Islandia merece atención" y consideró que Messi "ya ha llenado una época del fútbol, no necesita ganar un Mundial".

A Oscar Tabárez se le llenan los ojos de lágrimas. No será la única vez durante la charla. Escucha. "Sigue aunque todos esperen que abandones / No dejes que se oxide el hierro que hay en ti / Haz que en vez de lástima, te tengan respeto / Cuando por los años no puedas correr, trota / Cuando no puedas trotar, camina / Cuando no puedas caminar, usa el bastón.".

Entonces el Maestro Tabárez rompe el silencio y también pronuncia la última estrofa: "¡Pero nunca te detengas!... Es de la Madre Teresa..., no lo conocía a este poema, me lo mencionaron, lo busqué en Internet. y apareció. En el comienzo es una especie de tratado sobre la vejez. Parece que estuviera relacionado conmigo y es muy interesante lo que dice, sobre todo cuando uno llega a esta edad. Más allá de las limitaciones que yo puedo tener, igual reflexiono mucho sobre la vida, sobre el final, y este poema es un canto de fe, de optimismo. Por eso hay que darle para adelante y no quejarse. He conocido a mucha gente con problemas más serios, entonces yo sería un egoísta si me quedase en el lamento". A los 71 años, eligió donde pararse ante la adversidad.

El bastón ortopédico en el brazo derecho lo acompaña. Pero nada de victimismos, eligió el coraje. Jean, zapatillas negras y camisa blanca de mangas cortas que deja ver el apósito de alguna extracción de sangre reciente. Mediodía sofocante en Carrasco, en las afueras de la ciudad, pasando el aeropuerto. El complejo Uruguay Celeste exuda historia: cuadros, copas, actas y diplomas a la vista. Orgullosos de sus héroes. Los juveniles del Sub 20 se detienen y saludan al paso del cocinero, del jardinero y del gerente del predio. Ante un extraño, también. Es regla. Entre todos ellos, Oscar Tabárez. Mito cotidiano. Si entra en un restaurante de Montevideo, brota un espontáneo aplauso desde las mesas. Cierto día, cuando lo descubrieron en el cine, hasta se demoró la proyección de la película. Trascendió, sin imaginárselo cuando correteaba por la empinada calle Termópilas de su niñez.

-¿Qué le provoca el reconocimiento? ¿Orgullo, responsabilidad, timidez?
-Timidez, sí, porque la tengo. Últimamente me ha llevado a no frecuentar los lugares públicos. Incluso, por la limitación que tengo en la marcha, cuido mucho qué tipo de escaleras hay. Así como hay gente que lo acepta a uno de manera conmovedora, también hay gente que sale con cosas que a uno no lo hacen tan perfecto y admirado. He recibido muchos agasajos, es lindo, sí, pero no hay que dejar que desvirtúen la realidad. Una vez dije 'el dulce pica los dientes', y es verdad. Es lindo ganar, reconforta el espíritu como puede ser una golosina para un niño, pero le hace mal también. No todo es positivo totalmente o negativo totalmente, entonces hay que transitar por el camino del medio. Trato de hacer eso. A mí, yo qué sé, todavía me emociona. Después del Mundial de Sudáfrica recibí muchas cartas, muchos mails, y la mayoría era de gente joven, sorpresivamente de muchas mujeres. Recuerde que antes, el fútbol no era muy bien visto por ellas porque interfería con la paz familiar. Las mujeres en el Uruguay hicieron un curso acelerado de la ley del off-side en las peluquerías." Bromea Tabárez. Y también puede gruñir, porque exige argumentos.

No estuvo en el sorteo de la Copa del Mundo en el Kremlin de Moscú. Un viaje largo y desgastante que su cuerpo le agradeció evitar. Está mejor de la neuropatía crónica que lo persigue desde hace un par de años, ese trastorno neurológico que afecta el sistema nervioso periférico y debilita los brazos, las piernas, el tronco. Ya no le hace falta el carrito eléctrico para trasladarse como en la Copa América de los Estados Unidos 2016, pero no puede bajar la guardia. Lo sabe. "La gente que ha superado adversidades me llena porque a uno le permite reubicarse, vinculado a lo que usted me decía de los elogios, entonces no te la creas. Cuando yo era un adolescente iba mucho a la casa de un primo y sus abuelos compraban la revista El Gráfico, y una vez leí una nota con Rattín y las 10 razones más importantes de su carrera, y ahí dijo una verdad tan grande que yo tuve siempre presente: 'No sobrar en la buena, porque la mala está a la vuelta de cualquier esquina'. Esa es una verdad y yo me cuido mucho. Hay gente que dice que soy exagerado. Pero yo me enojé ahora, con el sorteo, cuando dijeron que nos había tocado un grupo fácil. Yo sé lo que es el camino en un Mundial, y el margen entre ganar y perder es mínimo. Además de las sorpresas que hay en los Mundiales, y en este también habrá sorpresas.

-¿Y la sorpresa puede estar en el Grupo A que integra Uruguay? ¿Puede ser Rusia, o Arabia Saudita con Pizzi o Egipto de Cúper?
-Sí. ¿Y por qué no puede ser Egipto? Cuando acá escuché que ya sacaban cuentas de los posibles cruces para los octavos de final, me despaché y hablé de Cúper. Él todavía jugaba cuando yo dirigía en la Argentina, fue un jugador importantísimo en el Ferro de Griguol y seguro tomó conceptos de una imposición de lo colectivo por encima de las grandes estrellas; además, hay que ver que a su Egipto no le convierten goles., eso no es casual. Yo no sé cómo va a ser el partido, pero cabe la posibilidad de que sea un partido dificilísimo. Tengo mucho respeto por los que supuestamente son más débiles, está lleno de grandes hazañas en el fútbol. Mire a Islandia, es maravilloso, esas cosas me despiertan admiración.

-¿El debut con Islandia será un partido de cuidado para la Argentina?
-Desde luego. Islandia merece atención... Y a partir de ahora nosotros ya no podremos quejarnos de que somos pocos o un país chiquito: ellos tienen 300.000 habitantes y mire lo que han hecho. [Uruguay tiene algo más de 3.500.000 habitantes].

-Mucha gente y una buena porción de la prensa no le perdona a esta generación de futbolistas argentinos haber perdido tres finales. ¿Cómo lo analiza usted?
-Yo he escuchado a periodistas argentinos de mucho relieve decir que los jugadores vienen a robar la plata, que no ponen lo mismo que en sus clubes, que no les importa la selección, que vienen obligados, que deberían jugar los que tienen hambre. Las mismas palabras se habían dicho acá. Y no es así. Es más una reacción popular que una opinión para evaluar en un proyecto de trabajo de largo tiempo. Y eso no está bien: mientras no salgan de eso van a estar durmiendo con el enemigo. Y uno habla de esto porque ya lo ha vivido, acá se ha cuestionado a Muslera, a Lugano capitán, a Cavani, a Suárez también..., pero afortunadamente hace tiempo que no ocurre en Uruguay.

-¿Usted sienta a Messi en la mesa de los grandes, junto con Maradona, Pelé, Di Stéfano y Cruyff?
-Messi ya ha llenado una época del fútbol, no necesita ganar un Mundial. Convirtió 54 goles en el año y yo digo: ¿no se tiene dimensión de lo que es eso? ¡Pero qué récords va a batir! No es un jugador que hable mucho de sí mismo, que aparezca mucho en los medios, pero tiene su personalidad bien definida, su manera de ser. Corrió riesgos la Argentina cuando Messi fue suspendido, y recuperaron posibilidades cuando le sacaron la suspensión y en el último partido, en Quito, resolvió todo con muchas ganas. A mí no me tenía que dar prueba, pero no me afilio a los que dicen que le falta tal o cual cosa para ser un consagrado.

-Pese a que sufrió para clasificarse, ¿cree que ahora la Argentina será uno de los candidatos en el Mundial?
-Seguro, va a ser una de las selecciones fuertes. Por razones históricas y de actualidad. Más allá de algún resultado inesperado en los últimos amistosos, tiene un entrenador que plantea una propuesta ambiciosa, que obliga al rival a tomar recaudos y a jugar el partido de determinada manera. Es muy difícil plantearle a Sampaoli un partido en los mismos términos que él propone con Argentina porque sería un ida y vuelta que les da más posibilidades a los más poderosos en ataque.

-¿Coincide con la mayoría: Brasil, España, Alemania y Francia partirán como los favoritos?
-Y Bélgica, para mí. Tiene jugadores en plena etapa de crecimiento y en clubes de grandes ligas. Usted me habla de De Bruyne, de Hazard, de Lukaku, de Nainggolan..., es cierto que este es un deporte colectivo, pero el principal argumento de desequilibrio es la capacidad individual de los futbolistas. No me gusta mucho hablar de favoritismos, pero hay equipos que con su sola historia imponen respeto. Hubiese ocurrido con Italia, por ejemplo, si se hubiese clasificado.

-¿Qué valor les da a los récords? Nadie en el mundo ha dirigido en 177 partidos a una selección.
-Son marcas, evocan el tiempo que pasó. Tiene que ver con lo que uno ha hecho. En Rusia, con Löw compartiremos la marca de llegar de manera consecutiva al tercer Mundial. Y esta vez lo hemos conseguido sin repechaje, mire, y entramos segundos. O sea, fuimos los mejores después de Brasil, que 'tiró el chico lejos', como decimos acá, cuando agarró Tite. Yo voy tranquilo a Rusia, fundamentalmente por estar a la altura de las circunstancias, pero tampoco la tengo tan segura porque todavía faltan seis meses, y en seis meses pueden pasar cosas en la evolución de uno; si llegado el momento veo algo que me impide seguir, sería el primero en asumirlo. Pero anímicamente estoy con la idea de hacer un gran Mundial en Rusia.

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