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Almada pensó que se hundía

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Guillermo Almada, DT de Barcelona de Guayaquil.

Barcelona es líder en Ecuador, pero su técnico sólo se preocupa por ayudar al pueblo que lo acogió tras sufrir un terremoto.

Guillermo Almada prefiere quedarse en su casa del barrio San Borondón. Dirigir a un equipo grande como Barcelona, que tiene nueve millones de hinchas, es algo nuevo para él.

"Estamos primeros, las cosas han cambiando. En el semestre anterior era casi imposible que nos fuera bien por una cantidad de problemas que tuvimos. Y hubo un acto eleccionario en la mitad. Pudimos hacer la pretemporada que no habíamos podido realizar el año anterior. Hay una directiva nueva que nos ha dado tranquilidad para trabajar. Nos hemos dedicado solo a entrenar y a jugar. El equipo juega muy bien y es el más goleador. Estamos haciendo un gran campeonato. Estamos muy conformes y la gente también", contó Almada.

"Venimos muy bien, estamos por buen camino y conseguimos un resultado histórico, ganarle 5 a 0 a Liga en el clásico. Que le costó el cargo a Borghi", añadió el ex River.

El torneo ecuatoriano finaliza en junio. Faltan diez fechas, pero ahora, debido al terremoto que azotó Ecuador, el fútbol está suspendido. "Es justificado que se haya paralizado el campeonato, con el drama que ha vivido el país con el terremoto, que ha sido el más grande de su historia".

Almada, en sus épocas de jugador, vivió en Chile, Colombia, Guatemala, México y había pasado por experiencias sísmicas; pero ninguna como la del sábado pasado en Quito. "Estaba en mi casa, que es de dos plantas. Estaba solo y a lo que atiné fue a disparar para el fondo. Salí al jardín y me prendí de la verja. La casa se movía de un lado para el otro. Se movía el piso y parecía que me iba a hundir. La gente gritaba, los niños también. Se cortó la luz. Era un drama. La duración fue lo peor, fue como de un minuto, cuando generalmente los temblores son de siete u ocho segundos. No nos pasó nada porque vivimos en una zona donde las casas son anitisísmicas", relató.

"Recién cuando prendí la tele, me di cuenta de la dimensión que había tenido el terremoto. De lo que había pasado realmente. Hay ciudades costeras, como Manabí o Esmeralda que parece que las hubieran bombardeado. Es un disparate lo que se está viviendo ahí. Cantidad de muertes, personas desparecidas. Edificios u hoteles de ocho o diez pisos que se cayeron al piso. Nunca se había vivido algo así y uno lo lamenta mucho, sobre todo por el pueblo ecuatoriano que nos ha tratado muy bien, nos ha brindado su hospitalidad y no tenemos más que palabras de agradecimiento para ellos. Están viviendo un dolor terrible, sobre todo los que perdieron familiares, o se quedaron sin casa", se lamentó el entrenador.

Sus compañeros del cuerpo técnico, tampoco tuvieron consecuencias, dado que viven en una urbanización contigua a la suya. "Enseguida nos comunicamos con ellos y estaban todos bien. Lo mismo hicimos con los uruguayos que están acá. El que la pasó más complicada fue Rodrigo Canossa, que jugaba en Delfín, en Manta. Y allí fue el epicentro. La ciudad quedó destruida, más del 70% de la ciudad quedó en el piso y él rescindió y se fue. No sé cómo hará toda esa gente para restablecer su vida, ¡es horrible!".

A Guillermo Almada le quedan dos meses de contrato en Barcelona, el club más grande de Ecuador; y ya les hablaron para que siga. "Estamos muy contentos con el equipo y con el trabajo que estamos haciendo; pero en este momento en lo único que pensamos es en ayudar al pueblo ecuatoriano, que nos ha recibido bárbaro".

Peñarol y Nacional multiplicados.

Estar tan cerca de conseguir un título con un club que tiene nueve millones de hinchas, seduce a Almada. "Si vas aun shopping, vienen 50 o 60 personas a pedirte una foto. Barcelona es el equipo más grande de Ecuador. Es Peñarol y Nacional, multiplicado por cuatro o cinco. A los partidos van 50.000 personas y quedan 15.000 afuera. Al final de los entrenamientos, hay 200 hinchas esperándote todos los días. Es impresionante la multitud que mueve este club. Una cosa es contarlo y otra vivirlo. Ahora se está planificando un partido a beneficio para los damnificados y lo juega Barcelona, no importa con quién. Quizás sea contra una selección de Ecuador. Y todas las semanas tenemos amistosos, porque todos los clubes quieren presentar a sus equipos, o inaugurar la iluminación, o lo que sea, frente a Barcelona, porque tienen el éxito asegurado".

“Guti” sólo atinó a bajar como loco las escaleras del hotel.

Álvaro Gutiérrez estaba en un hotel en Quito, porque aún no le habían dado su apartamento cuando sucedió el terremoto. Estaba en un sexto piso. “Se movía todo y nos pegamos un susto bárbaro. A lo único que atinamos fue a bajar lo más rápido posible por las escaleras y salir a la calle. En lo único que pensaba era en bajar rápido, no me daba para nada más. Por suerte, esa noche teníamos que dormir en la concentración del club porque al otro día viajábamos a Buenos Aires”, contó Gutiérrez, hoy técnico de Liga Universitaria de Quito. Apenas se tranquilizó la situación el “Guti” llamó a su familia. “Pero ellos aún no sabían nada de lo que había sucedido”, dijo. “Liga es un club muy serio y nos han tratado muy bien; y ya se están viendo cosas de las que queremos”.

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Guillermo Almada, DT de Barcelona de Guayaquil.

HISTORIASSILVIA PÉREZ

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