PEÑAROL

El ecuatoriano llega a Uruguay en el cierre de la jornada y se espera que mañana se ponga a disposición.

Se espera que para el cierre de esta jornada, Fidel Martínez esté aterrizando en Uruguay para sumarse a la pretemporada de Peñarol. El ecuatoriano sellará un vínculo por los próximos seis meses y la intención es que ya mañana pueda estar a las órdenes del cuerpo técnico mirasol.

A punto de cumplir 28 años, el atacante desembarca en Los Aromos tras cinco temporadas en el fútbol azteca entre Tijuana, Leones, Pumas y Atlas, su último club. No juega desde el pasado 26 de octubre en la derrota de su equipo ante Guadalajara por 1-0 en la Copa México.

Su velocidad, desborde y desequilibrio individual en el uno contra uno fueron los motivos que llenaron el ojo en Peñarol buscando el salto de calidad para un equipo que tiene tres objetivos: la Supercopa, el próximo viernes 26 ante Nacional, la posibilidad de ir nuevamente por el Campeonato Uruguayo y lo más importante: la ilusión de volver a pelear la Copa Libertadores de América.

En ese sentido, la llegada de Fidel Martínez podrá darle distintas variantes a Leonardo Ramos, ya que puede moverse como centrodelantero, como acompañante del punta o incluso como volante por afuera. Por eso, en principio, todo hace indicar que cuando se ponga a punto peleará por el lugar que dejó Diego Rossi, transferido a Los Angeles FC de la MLS. El carril zurdo, donde además ahí maneja su pierna hábil, se presenta como la primera opción. ¿Qué variantes tiene Peñarol en ese sector de la cancha? El juvenil Agustín Canobbio, flamante incorporación, y que tuvo buenos minutos este último fin de semana en el amistoso ante la selección de Colonia. Gastón Rodríguez, delantero devenido a volante, y que en el último Uruguayo terminó siendo una pieza constante de recambio en esa posición. El otro que siente naturalmente ese puesto es Juan Martín Boselli, aunque la idea es que vuelva a salir a préstamo para conseguir continuidad. Giovanni González y Rodrigo Rojo, también refuerzos para esta temporada, pueden dar una mano por ese lado al haber jugado como carrileros en sus anteriores equipos aunque claramente cuentan con una mayor vocación defensiva.

La “alegría” de Fidel, como él siempre remarca casi como un estilo de vida, desembarca en Montevideo para teñirse de amarillo y negro. En Los Aromos lo esperan con los brazos abiertos.