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A afinar el lápiz: muchas dudas respecto al futuro del fútbol uruguayo

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Pelota del fútbol uruguayo. Foto: Fernando Ponzetto.
Pelota del fútbol uruguayo.
Foto: Fernando Ponzetto

INFORME

Una subcomisión de competición analizará varios temas, como qué pasará si un futbolista se infecta cuando ya esté en marcha la fase 3 o 4 del protocolo sanitario.

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El próximo viernes una subcomisión de competición, que tendrá a representantes del Ejecutivo de la AUF, los presidentes de las mesas ejecutivas de la A y la B, más algunos equipos que serán invitados para que la participación sea plural y participativa, abordará la construcción de un reglamento que defina la forma en la que se procederá en el Campeonato Uruguayo en caso que a su retorno algún futbolista tenga un resultado positivo de COVID-19.

La eventualidad de que una situación de esa naturaleza obligue a poner en cuarentena a dos instituciones tendrá que tener una estructura jurídica en el reglamento para que nadie considere que recibe un beneficio o aparece "una avivada" política en el desarrollo de la competencia.

PUNTOS DE VISTA. Hay versiones encontradas sobre qué hay que hacer si aparecen casos positivos en el ámbito de un partido, que surgen mismo de los profesionales de la medicina que elaboraron el protocolo sanitario.

La semana pasada se les entregó a los clubes un protocolo que fue elaborado por cuatro médicos: Carlos Voituret, Edgardo Barbosa, Mario Pagano y Gladimir Melo.

En el mismo se especifican los aspectos que hay que cumplir en cuatro fases, empezando por la cero, que es la que ya estamos transcurriendo.

Básicamente, cada una de ellas tiene una duración de dos semanas y al iniciarla hay que realizar los tests de COVID-19, porque lo que se pretende es evitar comenzar la competencia sin saber a ciencia cierta si hay infectados entre los futbolistas, cuerpos técnicos o funcionarios.

En la fase 1 se podrá comenzar con los entrenamientos grupales, pero de manera individual, cumpliendo con un distanciamiento mínimo y con las medidas de higiene.

Ya en la 2, se podrán utilizar las instalaciones cerradas, tales como gimnasios y vestuarios, mientras que en la 3 se habilitan los partidos amistosos o la práctica de fútbol interna. Por último, la fase 4 es el comienzo oficial de la competencia.

Los doctores Barbosa, Pagano y Melo coincidieron en diferentes medios de prensa sobre que en el caso de que aparezca un infectado en la fase 3 o 4, a esa persona se le aplicarán las medidas de protocolo establecidas por el Gobierno Nacional (empezando por el aislamiento total), mientras que las personas que estuvieron en contacto con el enfermo serán evaluadas mediante tests de COVID-19; no harán cuarentena a menos que alguno de los estudios sea positivo.

“En la fase 3 si hubiera un caso positivo, se aísla a esa persona. Y se realizan los controles a todo el resto del plantel inmediatamente, también a la gente que estuvo en contacto con el enfermo a una distancia menor a dos metros. Además, si se disputó un partido, al rival o rivales de siete días para atrás, deben ser controlados. Si son todos negativos, solo el jugador enfermo va a tener que cumplir los pasos de la enfermedad, por supuesto en cuarentena. No quiere decir que entre en cuarentena todo el plantel”, dijo Pagano en Último al Arco.

En cambio, Voituret opinó en el programa Tirando Paredes que “en la fase 3, donde ya hay partidos amistosos, frente a un positivo se obliga a cuarentena durante 14 días a todos los que hayan estado con él y a los rivales. En la fase 4 de competencia exactamente lo mismo”.

En el protocolo sanitario no se especifica qué sucederá si ocurre una situación de esa naturaleza.

A DEBATIR. Ese no es el único elemento que tendrá que formar parte del reglamento que se aspira a elaborar y que deberá ser votado por todos los sectores para que luego no haya nadie que no quiera aceptar las reglas de juego.

También tendrá que quedar definido si esta estructura pasa a ser nada más que de aplicación temporal o se mantiene para el próximo año de acuerdo a la forma en la que regrese la actividad y los tiempos que existen para la definición de los campeonatos.

A su vez, tendrá que analizarse qué ocurre con la estructura de los certámenes y ver si prima la idea de evitar los descensos sin perjudicar a los equipos ascendidos.

De acuerdo a lo que reconocieron a Ovación dirigentes de Nacionaly Peñarol, todos estos aspectos deberán quedar definidos antes de aprobar la reanudación de la actividad.

PREOCPUACIONES. Las instituciones del fútbol uruguayo tienen varias interrogantes respecto a varios temas.

Por ejemplo, ¿qué pasará si un equipo tiene la mala fortuna de que varios de sus jugadores se enferman de coronavirus? ¿Se suspende el campeonato? ¿No se le permite jugar a ese equipo hasta que no estén totalmente curados los exponentes de su plantel?

Precisamente, es una de las cuestiones que se buscará resolver en la reunión del próximo viernes. Es por esta razón que se quiere dejar bien en claro todo antes de comenzar y dejar definidos protocolos de situaciones hipotéticas, porque luego pueden existir equipos que se quieran aprovechar de la situación en ciertas situaciones; como por ejemplo si tiene jugadores lesionados y necesita tiempo para recuperarlos. Es ahí donde entran a jugar los aspectos políticos.

Otra de las cuestiones es el tema económico y determinar quién paga los famosos tests.

Sabido es que muchos equipos están en una situación muy compleja y es inviable que puedan afrontar el costo de cinco análisis para cada uno de los jugadores del plantel, porque se requiere un test al inicio de cada fase.

“Si hay un positivo, sería mejor que se aísle a ese jugador y a los demás se les haga el hisopado, porque con las cuarentenas parece complicado que el torneo pueda continuar”, dijo Carlos Manta, de Plaza Colonia, y confirmó que no sabe si son los clubes o la AUF los que correrían con los gastos de los hisopados. “Entiendo que es un tema delicado y se está haciendo todo bien, pero hay cosas que no se han definido. Además, los procesos parecen muy largos, los futbolistas están hartos de entrenar individualmente en sus casas. Ya no aguantan más”.

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Carlos Manta. FOTO: Archivo El País. 

En tanto, Arturo del Campo, presidente de Danubio, comentó que “el costo de los test es bastante elevado. Danubio no tendría reparos en hacer el gasto si es la única forma de volver a jugar, pero no sé si todos los equipos pueden. Aunque si hacemos los test, luego aparecen positivos y hay que parar todo de nuevo, sería un gasto inútil. Creo que todo dependerá de cómo evoluciona la situación en el país”.

Nicolás López, presidente de la SAD de Rentistas, manifestó que “el tema de tantos análisis parece complicado en lo económico y para mí lo que dificulta más es un tema de tiempos ya que me parece un poco extendido lo de las 10 semanas. Es mucho tiempo”.

Lo largo que sería el proceso es una de las dificultades que ven los clubes para el regreso a la actividad oficial.

La mayoría de las instituciones vieron con buenos ojos el protocolo, aunque alguna hará ciertas sugerencias. Hay tiempo hasta mañana para ello.

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