El “Polilla” no encontró el equipo, pero tuvo decisiones que marcaron el rumbo al título 2016.

Se abrazó con Darío Rodríguez. Fue un abrazo sentido, apretado, como liberando esa enorme presión que arrastró desde que asumió al frente del equipo dos semanas antes de que se iniciara el Torneo Clausura.

El "Polilla" Da Silva volvió a Peñarol y volvió a darle otro Campeonato Uruguayo. Lo dijo apenas pisó Los Aromos el 25 de enero. "Vengo a salir campeón", pero nunca imaginó que el camino sería tan complicado. Tenía jugadores, un plantel amplio, pero la pronta eliminación de la Copa Libertadores fue un golpe mortal. No sólo en lo anímico, también en lo futbolístico.

Peñarol jamás encontró el rumbo ni el "Polilla" el equipo, pero fue sorteando rivales fecha a fecha con los aciertos del entrenador. Primero metió mano en los titulares. Le dio lugar a Marcel Novick en el medio, y cuando consideró que había que darle "descanso" a Forlán y a Aguiar, lo hizo. No le tembló el pulso y logró sacudir al plantel con decisiones pesadas.

Hizo lo que pudo. Lo que pensó iba a mejorar el rendimiento en cancha, sin embargo, Peñarol no lograba funcionar como una fuerza colectiva.

Terminó segundo en el Clausura detrás de Plaza Colonia y llegó a la primera final con ventaja deportiva por haber logrado la Anual en un final no apto para cardíacos. Y logró el cetro, lo que anunció el 25 de enero, cuando pisó Los Aromos.

Con él, trajo nombres claves: Maximiliano Olivera, el colombiano Miguel Murillo y Mauricio Affonso, que ayer dio la tranquilidad al equipo y puso la frutilla de la torta. Al fin y al cabo, también fue un acierto del "Polilla".

Maximiliano Olivera fue de los últimos en sumarse al plantel aurinegro. Fue un pedido del ‘Polilla’ Da Silva y terminó siendo un jugador clave, decisivo en el Clausura.

El colombiano llegó con fama de goleador y cumplió. Hizo 7 tantos en el Clausura, muchos de ellos, gravitantes, para rescatar puntos y ganar partidos.

Da Silva metió mano en el equipo y le dio la titularidad a Marcel Novick en el medio. Fue clave. Tuvo más marca, más presencia y gol: el 1-1 ante Nacional. Fue decisivo.

Le dio minutos a Diego Rossi. Lo llevó al equipo y de a poco, le fue dando confianza. Entró y salió, es cierto, y ayer marcó un empate clave 0-1 abajo.

No le tembló el pulso cuando tuvo que sacar a Diego Forlán y a Aguiar del equipo. También lo hizo con Tomás Costa. Primó el momento, y no se cansó de buscar lo mejor.

CAMPEONATO URUGUAYOJOSÉ MASTANDREA