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Se abrazó a otras leyes

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Leodan

Leodán González lo suspendió y lo vuelve a dirigir.

Desde el momento en que suspendí aquel clásico sabía que la única forma de que volviera a ser designado para otro era continuar en la misma línea de trabajo. Porque nadie me iba a dar otra designación como premio consuelo. En el fútbol nadie te regala nada", dice Leodán González, quien en noviembre pasado se quedó sin dirigir su primer clásico.

"Sabía que tenía que seguir trabajando, entrenando y que necesitaba continuidad en el campeonato, porque cuando un árbitro se equivoca, el primero en sufrirlo es el propio árbitro que lo paga con fechas sin ser designado", agregó quien mañana tendrá otra oportunidad.

"He tratado de mantener un nivel parejo. Pero partidos son partidos y de repente podés venir en un buen momento y tener un partido malo; o al revés, venir más o menos y recuperarte. Son 90 en los que hay que poner toda la cabeza", dijo sobre cómo llega al partido más importante.

La actualidad del referato y las críticas de cada fin de semana no le quitan el sueño al juez de 34 años. "Hay momentos en que se habla de los jugadores, del mal juego o de alguna contratación que no rinde y otros en que se habla de los árbitros. Todos los actores del fútbol están expuestos".

Leodán está contento con una carrera a la que llegó por casualidad en el 2003, cuando estaba haciendo facultad de Derecho y un compañero le comentó sobre el curso de árbitros. "Nadie nace diciendo voy a ser árbitro, pero esta es una profesión que con el tiempo vas queriendo mucho más. En Uruguay tiene sus límites porque todos tenemos un trabajo paralelo. El día que comencé en inferiores quería estar donde estoy hoy. No sé si es mucho o poco, pero estoy transitando el camino que me tracé un día", reconoció quien trabaja en la Corporación Nacional para el Desarrollo y tiene al Derecho relegado. "La carrera está inconclusa, el fútbol me lleva mucho tiempo. No es sólo entrenar todos los días, sino estar actualizado en los reglamentos. Pero algún día la voy a terminar. Tengo abogados en el trabajo que se recibieron a los 40 o 42".

EN OFFSIDE.

El campo.

Se crió en Piedritas, en pleno campo, a 7 kilómetros de Tala. En Tala hizo la escuela y el liceo y conoció a su esposa, Leticia Stuani.

El jugador.

"Empecé de 9, luego me pasaron de volante central y después de lateral. Me volví árbitro antes que me pusieran de arquero", contó el papá de Jazmín.

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